lunes, 1 de agosto de 2011

¡VIVA EL OPTIMISMO!

Julian e Isabel dos estupendas personas que conocimos en el viaje a Escandinavia: Discretos, amables, siempre con una sonrisa,  transmitiendo argumentos  positivos al grupo. Que importante es encontrar a personas positivas que transmitan optimismo, sosiego, y esperanza en los grupos.

Por el contrario las personas negativas, las que tienen una visión siempre oscura de la realidad, las que ven la botella siempre medio vacia, atraen la mala suerte, y confirman una y otra vez la teoría de la profecía autocumplida: " Ves como siempre las cosas me salen mal". No se dan cuenta que con su actitud de partida, han sido los causantes de sus propias desgracias.

La suerte es un elemento que juega su papel, aunque a mi me gusta más hablar de la falta de control de determinadas variables, pues claro está no lo podemos controlar todo, pero si somos los responsables de nuestra actitud, y por su puesto de nuestro pensamiento y nuestras emociones, que hacen que tengamos una determinada conducta u otra, en el desarrollo de nuestra vida diaria. 

Como afirma Walter Risso en su libro "Pensar bien, sentirse bien"; "Si tienes problemas interpersonales, es probable que estés utilizando algún tipo de "Profecía Autorealizada", es como  vivir con un enorme perro. que a pesar de tenerle miedo a diario le alimentamos, Maquiavelo decía que los fantasmas asustan más de lejos que de cerca. En cambio la conducta de evitación favorece los esquemas negativos, porque impide su confrontación con la realidad. Si logramos desmontar los mecanismos de protección psicológicos en los que nos hemos escudado, podrás verte como realmente eres.

Los pensamientos son las conclusiones a las que has llegado después de procesar los datos. El pensamiento negativo y/o irracional, dispara un gran número de emociones perturbadoras y destructivas. La clave está en disminuir los pensamientos negativos. o cambiarlos por otros más constructivos. Los pensamientos del pesimista crónico son: "Me va a ir mal", "Podría haber sido mejor", "No hay solución", "Nada va a mejorar": La profecía autorrealizada está servida. Si eres pesimista las cosas no te van a salir bien, pues tú mismo te encargas de que no te salgan bien. 
El pensamiento muy polarizado, dicotómico, de algunos pesimistas, hace olvidar el mundo de los matices: " Si solo existe lo bueno y lo malo, entonces no tengo otra opción; soy bueno o malo"; los conceptos de "Nunca", "Siempre", "Todo", "Nada", son conceptos peligrosos porque no te dejan opciones, y fácilmente si tú mente se mueve de un polo a otro, la depresión y la ansiedad se dará con frecuencia. Necesito flexibilizar mis pensamientos: "Me puedo equivocar, pero eso no significa que sea un inútil", " Cometer errores es de humanos", " Hago cosas bien, cosas mal, y cosas regular". Los conceptos absolutos sin sus excepciones, terminan por producir una amarga tristeza que conduce a la depresión.

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