domingo, 28 de diciembre de 2014

UN AVANCE DE MI NOVELA: "EL MURO DE MARY"


Foto de Mary
 Mary estaba dispuesta a ignorar los asesinatos, a borrar lo que pasó con su familia. Se sentía plena, llena de amor, de deseo, de pasión: “- No pedir explicaciones es muy sano. Si alguien decide estar a tu lado te explicará lo que el necesite explicarte, el resto lo guardará para el recuerdo, para otras personas, o para sí mismo; pero qué importa. Lo que importa es que el encuentro te haga feliz- recordaba Mary, esa frase de Reik”. Mary sabía que en ocasiones si indagas puedes encontrarte con lo que no quieres saber. Bueno puede ser una posición inmadura, pero; ¿quién dice que la madurez es la forma ideal para alcanzar la felicidad?, recordaba Mary que le dijo una vez Salvador.
Lo que no tiene límite produce miedo, no sabes por dónde cogerlo, pero a la vez te hace salir de lo limitado, y te abre el camino hacia lo nuevo, hacia lo creativo, hacia la improvisación. El ser humano se encuentra con el miedo a lo desconocido, y la curiosidad que produce la novedad, y en esa disyuntiva se mueve la vida, y se plantean los cambios. Mal si lo hago, y mal si no lo hago”, recordaba Mary haber leído en el diario de su madre.
A Mary le venían tantas ideas a su cabeza que era un coctel emocional, pero todas las ideas que recibía, las centraba en justificar el amor tan intenso que estaba sintiendo por Alex.
-          Mary; Sé que no te traté bien, y durante toda mi vida me he estado arrepintiendo de ello, pero ahora todo ha cambiado, estás a mi lado. Siento haberte traído de esta manera, pero tenía que recuperarte como fuera. Tenía miedo mucho miedo, y cuando supe que habías vuelto sentí una necesidad  urgente de  tenerte a mi lado. Ahora no te dejaré escapar, claro está siempre que tú quieras.
-          Alex: Quiero saber qué  fue de mis padres…
-          Verás aquella noche estaba preparado para salir de Berlín, todos juntos; y emprender una nueva vida, pero tú padre lo estropeó todo… Me atribuía una serie de crímenes, y me denunció a mis superiores. También confesó que era un traidor, que os iba a ayudar a escapar. Bueno en realidad estropeó todo el plan, y a partir de ahí cambió todo.
-          Dios mío: ¿Qué pasó entonces Alex?.
Alex; se enfrentaba al interrogatorio más importante de su vida; el de su gran amor.  En realidad el viejo profesor quería matarle, un conocido de la policía rusa le había contado lo de los asesinatos de Alex. Alex no reconocía haber cometido esos crímenes, era como si alguien  los cometiera por él. No tenía una conciencia clara de haber matado a esas chicas, pero todas las pruebas apuntaban a que él había sido el autor. Tampoco recordaba el maltrato que había propinado a Mary…Pero algo de conciencia quedaba en la mente de Alex, cuando decidió desaparecer de Berlín. Lo que era muy evidente es que Alex se fue, para no hacer daño a Mary, porque era consciente del tremendo riesgo que corría su esposa si permanecía a su lado, y en el seno de su trastornada mente también se encontraba alojado un profundo amor hacía Mary que convivió con él durante toda su vida.
Ahora Alex había logrado controlar esas voces que le llevaban al desprecio y a provocar daño a las mujeres. Ingresó voluntariamente en un psiquiátrico ruso en Praga donde recibió una terapia novedosa de extinción de la parte psicopática de su mente, que estaba provocada por la relación tortuosa que había tenido con su cuidadora Matilda en el orfanato. Él  pensaba que estaba completamente curado, pero su psiquiatra apuntaba en el informe de alta: “No estoy  seguro de haber limpiado de la estructura de su mente los impulsos de rabia hacia lo femenino, y por tanto no se si su conducta psicopática pueda volverse a dar”.  Desde que salió del psiquiátrico se hizo hueco como líder en un grupo de la mafia rusa, pero nunca tuvo problemas con la justicia. Se dedicó a préstamos de dinero, juego, prostitución, todo al borde de la ley.
Ahora el siguiente paso era contar la historia que esperaba ansiosa Mary. Pero cuando existe amor, amor verdadero, amor de aquel que perdura a pesar del paso del tiempo, la objetividad de los relatos ganan subjetividad, y aparecen confabulaciones en nuestro beneficio, o con objeto de no hacer daño…El relato  que buscaba Alex para justificar sus actos, pretendía que Mary tuviera un juicio aceptable del él, aunque tuviera que omitir historias que Mary no hubiera entendido, y no hubiera superado. En realidad era mejor maquillar la realidad para que Mary le perdonara…Pero ella también pensaba que si no tenía nada de qué arrepentirse, si no había hecho nada malo; por qué tanto miedo a que  no le perdonara, por qué tanta angustia de contar lo que pasó.  Ella sabía, porque conocía a Alex y también al ser humano, que la versión que recibiría de los hechos acontecidos no sería al cien por cien real, que como pasa en estos casos sólo contaría como mucho un sesenta por ciento de la verdad, el resto sería una historia redecorada en su propio beneficio…A Mary le gustaría saber toda la verdad por dolorosa que fuera. Para empezar de nuevo tendría que emplearse a fondo para descubrir la verdad de todo lo que pasó.
Alex guardando un silencio violento y emotivo, apartó la mirada de Mary, inclinó la cabeza hacia sus muslos, y se puso a llorar  como un niño; era evidente que existía un profundo sentimiento de culpa, pensaba Mary, es obvio que se arrepentía de algo que había hecho, y de lo que tenía miedo a que Mary no le perdonara.
La verdad es que Mary también tenía miedo de descubrir algo doloroso, que le influyera de forma determinante en su relación con Alex. Ella temía eclipsar ese sentimiento tan intenso y adictivo  que estaba sintiendo, y a veces es preferible mirar para otro lado aunque sepas que te están mintiendo, porque peligra ese profundo sentimiento de bienestar, y felicidad que provoca el amor.
Alex secándose las lágrimas con sus manos, y ante la perplejidad  de Mary, pues era la primera vez que le veía llorar pregunto con voz quebrada:
-          ¿Me perdonas Mary?...
Mary pensó mucho  su respuesta, un  “si” evitaría un relato probablemente innecesario, pero también ella quería conocer al menos una versión de los hechos cercana a la realidad, pero probablemente el momento requería una respuesta que liberara el sentimiento de culpa de Alex, aunque más adelante profundizara en los detalles.
-          Claro que si Alex, te perdono.
Mary perdonaría a Alex cualquier cosa, excepto que le mintiera. En realidad solo provocaba sentimientos negativos “la mentira”, Mary quería saber toda la verdad por dolorosa que fuera, y necesitaba poder confiar en Alex, y sólo confiaría en él si percibía en su relato franqueza. Mary era muy intuitiva, y tenía miedo de sentir esa horrible sensación de perder la confianza en su amor, porque estaba sintiendo la mentira en sus palabras.