martes, 7 de enero de 2020

LA LIBERTAD DE TUS OJOS



La convicción de que la libertad está en el interior, me llevó a ensayar con Gilda aquellos pormenores que nunca me habían preocupado. En realidad la "libertad" es el concepto más anhelado y sobre el que yo había teorizado hasta la saciedad.

Ser libre implica estar limpio, no tener un intorno comprometido. Al final la propia limitación de la libertad se encuentra en uno mismo; los pensamientos, los prejuicios, las emociones, configuran un límite compartido con el entorno que te lleva a la autocensura, al autocontrol  abrupto de una vida condicionada.

Recordé el concepto de superhombre de Nietzche: Aquel que se ha liberado de los valores cristianos y se enfrenta al mundo sin condicionantes, pero todos tenemos condicionantes: reflexioné sobre la pena    como elemento limitador conductual: Se produce una lucha entre el deseo y la pena. El sentimiento de pena te lleva a la inhibición de actos que harías si sólo existiera el deseo. Es por tanto uno de los lastres de la libertad. No tiene nada que ver con la moral. Reconozco que la moral debe tener algunos valores absolutos, pero entiendo que están por encima de la libertad. Si no existen estos valores no existe la libertad: Me refiero al respeto a la vida (no entraré en matizar el concepto subjetivo de vida), y la "No intencionalidad de hacer daño". Me parecen dos buenos compañeros de viaje en la búsqueda de la libertad.

Pero la libertad moral de obrar en conciencia, se mueve en esa nebulosa que difumina el deseo de ser libre y la autenticidad de las relaciones. Es enfrentarse a las relaciones sin cargas de superioridad o inferioridad, una situación de  estatus de encuentro entre dos personas iguales que se encuentran, se necesitan, intercambian humanidad, se ayudan, crecen, evolucionan. y de eso se enriquecen.

Bebo sabía que todo estaba cambiando. Su anhelo por la libertad se estaba llenando de esa endorfínica sensación de una relación auténtica, entendiendo la autenticidad como lo entendía "Carl Roger"; ese encuentro sanador entre dos seres humanos en igualdad de condiciones, sin cortapisas ni prejuicios supremacistas, ni de infravaloración. Pero la cuestión era si la libertad y las relaciones auténticas son conceptos incompatibles, y si no lo son cuál de ellos es subordinado.

- Gilda; entiendo la libertad como un encuentro con las necesidades de uno mismo, manteniendo el respeto a la libertad del otro, espetó Bebo esperando que la provocación despertara a Gilda.
Gilda, que tenía que pensar un rato cuando Bebo soltaba estas frases grandilocuentes, quiso entender que Bebo intentaba recuperar ese debate eterno sobre la libertad del hombre. Gilda pensaba que no era libre, siempre había estado condicionada por su responsabilidad auto impuesta hacia los demás; se preguntaba a qué se refería Bebo con la subordinación de la libertad.

- Bebo; ¿Qué quieres decir con la subordinación de la libertad?.
- Las relaciones auténticas son un encuentro entre dos almas, donde cada uno da lo que desea al otro, sin esperar nada a cambio, la libertad es total; no se reclama nada, sólo una da lo que desea dar. El problema es la satisfacción del otro: ¿cómo podemos saber si el otro está satisfecho?. Es bastante difícil saberlo, pero te aseguro que se nota Gilda; las miradas, las frases que irradian crítica e insatisfacción,  las narraciones que manifiestan carencias, la tristeza, la melancolía, el malestar. Sabes de lo que estoy hablando amor.
- Déjate de ambigüedades Bebo. Me has dicho tantas veces estas cosas, que ya no se si forma parte de un relato que justifique tú conducta, o verdaderamente un pensamiento que forma parte de tus creencias.
Te diré lo que pienso Bebo; No podemos seguir escondiéndonos el uno del otro, no podemos estar con aplazamientos, es ahora el momento, es ahora cuando tenemos que ser felices, y yo no puedo ser feliz con este proyecto unilateral, que espera tus donaciones para llenar huecos. A mi esto no me llena.

- ¿Dónde queda el amor Gilda?:  El 29 de Agosto de 2014, al poco tiempo de conocerte, te decía en el relato "El humo de Gilda" esto:


 Cariño: ¿Sabes?, me tienes loca, esos labios mientras hablas me excitan mucho, me llenan de ganas de morderte y abrazarte a todas horas…Cuando estoy a tu lado es como si no existiera nadie más; solos tú y yo, y una inmensa pasión que me lleva hacia  ti, a devorarte con la mirada, a  tocarte, a acariciar tu nuca, a recorrer la palma de tu mano con la yema de mis dedos, en un intento de sofocar el deseo y las ganas de tenerte. 

Bebo tomó el cuello de Gilda, y muy suavemente puso sus labios a su disposición, un mar de besos pequeñitos y suaves recorrieron la parte posterior de sus orejas, hasta llegar a su barbilla, donde minuciosamente la saboreo, mientras ella exhalaba deseo por todo su cuerpo.


El 31 de Enero del 2015,  te decía lo siguiente: 

Gilda; Es difícil satisfacer completamente los deseos de un ser humano, en este sentido no se si estoy a la altura, no se si tú también has dejado de buscar, no se si para ti soy tú "alter ego", en el que depositas la confianza de tus sentimientos, deseos, emociones, y conflictos, pero se que eso es lo que deseo... Si esto no es así habré fracasado, no habré sido capaz de ganarte como persona.

¿Por qué te quiero, querida Gilda?: No hay distancia posible que anule mi deseo por ti,un deseo que se materializa en tu mirada, en tus besos, en tus caricias. Sacias de forma irresistible el hambre de piel que he acumulado durante todos estos años.

En las distancias cortas ganas mi confianza maternal, aquella que responde a la búsqueda de una madre, de mi madre. 

Además transformas tus ojos en una fuente continua de sentimientos, que cuando estoy a tu lado, me hacen sentirme amado, deseado; la persona más importante del universo, como dices tú: "Ser el centro de todo". 

¿Qué decir del tiempo?: El tiempo desaparece, el tiempo como testigo mudo de nuestro amor, no tiene ningún sentido ante tanto deseo, tanta pasión, tanto amor. Sólo nos devuelve a la realidad una palabra de alguien que está a nuestro lado, el sonido de una llamada, el canto de un pájaro, hasta entonces en nuestro mundo sólo existimos los dos, y nuestro nivel de aislamiento es tal, que la vida se circunscribe a nuestra conexión amorosa en exclusividad.

El sexo entre nosotros es el resultado extremo de la comunicación total, esa forma de comunicación que va más allá de las palabras y los gestos, esa comunicación que se establece entre las vibraciones de cada uno de los cuerpos, esa comunicación que nos permite acceder al centro de nuestras entrañas, y sentir por un momento los sentimientos del cuerpo de nuestro amor. Esta comunicación tan difícil de conseguir, es la que tenemos tú y yo, Gilda; eso es también amor...Llegar a la franqueza del otro sin palabras y descubrir la intensidad de sus sentimientos, de sus deseos, de su pasión.

La admiración...Te admiro sin lugar a dudas, admiro el camino que has llevado hasta llegar a mi, admiro la intensidad, y la fuerza de tu entrega a los demás, admiro tu flexibilidad que evita perdernos en conflictos innecesarios que nos alejan, admiro tu inteligencia natural, que pasa desapercibida pero que cuando penetro en tu interior se detecta, y es muy potente. Bueno siempre te dije que eras una luciérnaga, y lo eres: Brillas con luz propia, luz que sale de tu interior, y que pasa desapercibida en muchas ocasiones, y eso está muy bien, porque ya sabes: "Las luciérnagas que brillan hacen que las serpientes las consideren una amenaza, y las persigan".

Hay momentos en la vida en los que sabes con quién quieres estar, con quien te gustaría envejecer, con quien desearías llegar hasta el final, y con quien te gustaría morir, y yo he llegado a este momento Gilda, y mi deseo es caminar contigo hasta el final, hasta que la vida se convierta en aire, en recuerdo, en memoria,quizás en la literatura que elaborará alguien con nuestras historias, llenas de amor, deseo, pasión, y de mucha intensidad: Quedará nuestro legado; el cuerpo se irá, pero nuestros hijos, nuestros amigos, puede que la humanidad recordarán siempre a Gilda y a Bebo.


Te Ama..........Bebo 

- Hoy 7 de Enero de 2020 me pregunto si todo esto sigue en nuestro pensamiento, en nuestra vida, en nuestra relación, querida Gilda.
- ¿Tú que crees? ¡Bebo!.
- Gilda han pasado unos cuantos años, hemos crecido juntos, hemos evolucionado, y nuestro amor también ha evolucionado, pero yo creo que se ha consolidado; mi corazón sigue poniéndose taquigráfico cuando te ve. Eres con la persona  que más me gusta hablar; porque es lo más parecido a hablar conmigo mismo. La pasión, el deseo, y el sexo tienen la misma intensidad, y la misma calidad de los orígenes. El tiempo es un concepto inexistente cuando estamos juntos. Esto, y algunas cosas más, son las pruebas que evidencian mi amor por ti. Para mi esto es muy importante, porque nunca lo he experimentado de esta manera, ademas permanece con el paso de los años. 
- Pero no todo es el amor Bebo; hay más cosas. Yo también te quiero, y mantengo todas esas cosas tan bonitas que dices, pero: ¿y mis momentos de soledad?, ¿y mis deseos cuando no estás?. Eso es para mi una parte oscura que hace que mi vida quede al margen de ti, hasta que tú decidas reincorporarte, y entonces retomamos nuestro amor, y en estos "ires" y "venires", aparece un desgaste que deteriora mi carácter, que me hace sentirme un "bicho raro", que me produce un vacío que no puedo soportar, que mina mi autoestima, y que sobre todo me produce mucha tristeza.
- Te comprendo Gilda, entiendo tus sentimientos, y no tengo ningún "pero"...ni puedo justificar esto de ninguna manera. Sólo tengo que decirte que he tejido una madeja de tantas concesiones y chantajes emocionales, que necesito ayuda para deshacerlos, e igual ayuda profesional, pues nunca te lo he dicho pero yo también estoy triste, melancólico, cansado de vivir intentando dar gusto a todo el mundo...Es agotador satisfacer a todos. Soy consciente de esto, y es responsabilidd mía, pero me cuesta cambiar mi conducta. Gilda no tengo más remedio que hacerlo, no sólo por ti, fundamentalmente por mi. Es mi vida y tengo que decidir cómo vivirla. 
No puedo pedirte más, me has dado todo, no tengo ninguna queja. Yo, mi amor, te aseguro que he hecho todo lo posible para que las personas que quiero estén satisfechas, pero veo que no es suficiente...Pero no es suficiente fundamentalmente porque así no se puede vivir,  intentando complacer a todo el mundo, como tú bien dices es hora de darnos amor a nosotros mismos, amor propio...
Ahora bien; en estos años que han pasado desde que te conocí, me he dado cuenta que nada tiene sentido sin amor. Me he dado cuenta  que la vida no tienes sentido si no se comparte con el otro, el otro (el que amas);  te completa, te hace crecer, te sube la autoestima, te llena de vida, es esto lo que me has dado durante todos estos años, no se lo que yo te he dado a ti, pero también se que quiero seguir a tú lado, pues ha sido la mejor etapa de mi vida. 
También soy consciente que así no podemos seguir, y que la responsabilidad pasa fundamentalmente por mi persona, y por tú paciencia, pero la paciencia tiene límite, porque la vida es limitada y pasan los años y tenemos caducidad; por eso entiendo tú desesperación...

Gilda estaba conmocionada, saturada, necesitaba según ella un poco de distancia para ver claras las cosas. Ella pensaba que Bebo no lo tenía claro, que el miedo al compromiso era la fuente de sus angustias, pero Bebo no compartía esa visión; él era un tipo que se había educado en la compasión, y la satisfacción de los deseos del prójimo. Era una conducta aprendida de su madre, muy tóxica, y muy nociva...Necesitaba liberarse de esto, necesitaba "vivir su propia vida". El problema no era Gilda, el problema no eran las mujeres que habían pasado por la vida de Bebo; el problema era el interior de Bebo; era ese viaje que en 2011 comenzó al interior de su alma. 10 años de viaje ya dan para mucho. 6 de estos años al lado de Gilda, con la intensidad y la pasión de ella, disfrutando del encuentro auténtico y único de ambos, que no podrán tener con otros. Ellos encajaban perfectamente, no necesitaban nada más que a ellos dos, su energía, su conversación, su admiración, su deseo, su pasión, su piel que siempre desprendió amor eterno, sin ninguna duda ni limitación.

-¿Tú crees que existe el amor eterno Bebo?.
- Gilda; siempre he  dicho que todo es efímero, que es mejor pensar esto, para preparar el duelo de lo que muere. Pero en la actualidad huelo el hedor de eternidad que desprenden nuestras vísceras cuando nos encontramos, cuando estamos ausentes, cuando hablamos el uno del otro, cuando soñamos en un futuro juntos, cuando hacemos el amor, hasta cuando regañamos noto esa eternidad de los sentimientos del uno hacia el otro, y del otro hacia el uno. Gilda, mi respuesta a tú pregunta es un sí rotundo; pase lo que pase el amor entre nosotros es eterno, y nunca morirá, podremos estar juntos, separados, pero en nuestro interior siempre sentiremos el calor eterno de nuestro amor.  

Los dos sabían que había una realidad que nadie les haría sentir; Bebo y Gilda eran la constatación pragmática de la existencia del amor eterno. Bebo necesitaba arreglar algunas cosas, y Gilda esperaba ansiosa ese cambio. Ella necesitaba algunos gestos para recuperar la ilusión. Bebo necesitaba aprender a poner delante su proyecto de vida, sin importarle los demás. Esas eran las premisas prácticas de su amor. Es hora de minimizar el dolor, y de dar salida por siempre y para siempre el amor de ambos. 

- Ahora querida Gilda, está presente más que nunca lo que te dije hace algunos años: 

"Hay momentos en la vida en los que sabes con quién quieres estar, con quien te gustaría envejecer, con quien desearías llegar hasta el final, y con quien te gustaría morir, y yo he llegado a este momento Gilda, y mi deseo es caminar contigo hasta el final, hasta que la vida se convierta en aire, en recuerdo, en memoria,quizás en la literatura que elaborará alguien con nuestras historias, llenas de amor, deseo, pasión, y de mucha intensidad: Quedará nuestro legado; el cuerpo se irá, pero nuestros hijos, nuestros amigos, puede que la humanidad recordarán siempre a Gilda y a Bebo".