sábado, 31 de diciembre de 2022

LA FIESTA DE PIJAMAS

 


Aquella fiesta marcó un antes y un después en sus vidas, todas sabían que aquel inocente encuentro, cambiaría todo, revolucionaría su pensamiento, sería uno de los momentos evolutivos que las cuatro estaban esperando, por aquel entones aún no eran  lo suficientemente conscientes de lo que supondría aquel evento para su crecimiento personal, hoy saben que supuso una catarsis en su interior, que les condujo a la percepción del poder femenino.  

Habían quedado en casa de Iris; ella tenía una casa grande, y gozaba de esa hospitalidad que nace de la generosidad de una amiga que quiere compartir su alegría y sus pensamientos, con aquellas personas que adoraba por  aquel entonces. 

Para ella la amistad tiene un significado especial,  que hay que cuidar. Siempre decía que cuando con una amiga, o un grupo de ellas como era el caso, lograban hacerte sentir como si estuvieras hablando contigo misma, era un importante indicador de hallarse entre aquellos pocos seres que te van a conocer de verdad, que te van a proporcionar seguridad, comprensión, energía que apoye tú proyecto de vida. Ella necesitaba creer en eso, en este momento de su vida, y el apoyo de "las chicas", como ella las llamaba, era un importante incentivo para poder seguir adelante.

En realidad la amistad tiene muchas similitudes con el amor, pero también tiene sus riesgos: la posesión, la transformación en una relación vampírica donde alguna persona te roba la energía, y te deja vacía, el egoísmo de la amiga interesada, la psicopatía narcisista de querer por parte de alguna de las personas  ser siempre el centro del universo. Esto no es amistad, es otra cosa que antes o después acaba con esta relación. Esto es lo que pensaba ella, pero había querido ser la anfitriona de este encuentro, porque tanto a Rita, como  a Ángela, como a Greta las sentía como aquellos ángeles que habían llegado a su vida, para acompañarle en el recorrido por este mundo. 

Iris era una mujer muy espiritual, creía en el "karma" como su amiga Greta, ellas tenían una relación especial; Greta era morena, con unos ojos negros que anestesiaban a cualquiera que lograra aguantarle la mirada, en cualquier caso Greta desprendía una belleza que se mete en tú interior, y te embriaga, abraza tus entrañas y saca lo mejor de ti. Era esa belleza que desprende bondad, y desmonta cualquier objeción que se le pudiera poner. 

Greta era una mujer muy especial, aportaba al grupo armonía, paz interior, alegría, era todo lo contrario al concepto de fealdad del que siempre le hablaba Joyce, basándose en un texto de Muñoz Molina: - Cariño; hay hombres, mujeres, niños, perros, incluso edificios y ciudades enteras, hasta países que por algún motivo rechazan ferozmente la posibilidad de la belleza y del ofrecimiento casual o gratuito de la ternura, y en consecuencia son feos, de una fealdad irreparable, de una fealdad sin misericordia, refractaria a todo al amor, a la higiene, a la prosperidad, de una fealdad medular, vengativa, vigilante, perversa-.

Greta era una mujer muy tierna, muy femenina, probablemente la más envidiada de sus amigas, es verdad que más de unas que de otras. Joyce siempre le decía que era una luciérnaga, y que su luz molestaba a las serpientes que le rodeaban, y que la molestia que producía a las serpientes, era su brillo.  Eso era así, su belleza natural, su ternura, su frescura, su sensualidad, era envidiada por las serpientes competitivas. 

Rita tenía que ser el centro de atención, y a veces entendía que Greta tenía un brillo natural que le hacía sombra, que le quitaba protagonismo, con ella sabía que no tenía nada que hacer. Su mirada incisiva en los ojos radiantes de Greta, se desvanecía y perdía valor, ella se pensaba que tenía que tenerla a su lado como amiga, pero por otro lado la envidia le corroía por dentro.

Ángela sin embargo era la madre de todas, la que aglutinaba a sus niñas, la que resolvía conflictos, la que le tocaba conciliar, consensuar, y relativizar la importancia de las cosas, cuando alguna de ellas se sentía ofendida, minusvalorada, y/o agraviada.  

Pues ya estaban todas, dispuestas a pasar una inolvidable noche, una fiesta mágica que las llevaría a replantearse su vida, quizás una locura sin más, una frivolidad de cuatro amigas que querían disfrutar de un encuentro especial. 

Ángela tomando una botella de cava, e intentando descorcharla dijo; 

- Brindemos cada una de nosotros por algo personal que queramos que se cumpla: 

Todas hicieron caso a Ángela. Rita retirando de la mano de Ángela la botella, intentó abrirla poniéndosela en la entrepierna, pero tampoco pudo, tuvo que ser Greta la que con un movimiento enérgico y potente, hizo saltar el corcho, mientras se derramaba por el suelo una hilera de espuma, a lo que añadió Rita: 

- Claro, estaba casi abierta, el mérito fue mío-

Parece que le molestó que Greta pudiera abrir la botella, que ella no había podido; Rita tenía estas cosas, procedían de esa competitividad ansiosa que tenía con todas las mujeres, especialmente aquellas que las veía como una amenaza, como era el caso de Greta, no podía remediarlo, era superior a ella.

El caso es que Ángela ignoró el incidente, y les sirvió a cada una de ellas un poco de cava: 

- Chicas; me gustaría que hiciéramos un brindis en forma de juramento-; espetó la buena de Ángela con el fin de cohesionar el grupo; fue entonces cuando se dirigió al móvil que estaba conectado al altavoz, y puso una canción para acompañar el brindis.

"....siempre voy detrás de lo que siento, cada tanto muero y aquí estoy, tantos desiertos que crucé, tantos atajos esquivé, tantas batallas que pintaron mis heridas, tantos incendios provoqué, tantos fracasos me probé, que no me explico cómo canto todavía, es que siempre voy detrás de lo que siento, cada tanto muero y aquí estoy..."


- Pues eso Chicas; después de todos los desiertos que hemos cruzado, tanta batallas ganadas y perdidas, los incendios que sin duda hemos provocado, las frustraciones de nuestros fracasos, toda una vida amigas mías llenas de luces y sombras, y el sufrimiento nos ha curtido y nos ha hecho más fuertes. La fuerza que tenemos nos llena de energía para brindar por nosotras...podremos estar juntas, separadas, solas, con pareja, pero siempre recordaremos  a cada una de nosotras como parte de nuestro pensamiento, haced un hueco en vuestra alma para que siempre llevéis en una zona muy determinada a: Iris, Rita, Greta, y a mi misma-, lanzó Ángela ante un silencio solemne, humedecido por la canción que estaba sonando.

 Rita; quiso tomar las riendas del discurso de Ángela; y con tono susurrante, dijo:

- La verdad chicas es que ya es hora de que nos demos la oportunidad de ser felices, o al menos de vivir lo que nos queda con alegría, basta de malos rollos, de angustias, de voces, de peleas, vivamos una vida hacia adelante, sin tenernos que agachar, y si es que nos agachamos que sea para tomar impulso para saltar hacia arriba. 

- ¡Eso es Rita!, afirmó Greta animando a su amiga. Greta siempre intentaba que Rita se sintiera bien, sabía que algo raro pasaba por la mente de Rita, sentía que de sus ojos salía a veces envidia, de esa que desgarra el alma, de la que ensucia las relaciones. 

Rita que dominaba las emociones, y  que le gustaba provocar, emitió una arenga al grupo: 

- Chicas, para mi nos tenemos que quitar la losa del "querer tener", de querer llevar todo en nuestra espalda, hay que liberarse de cosas, viajar más livianas...; digamos algo que queramos sacar de nuestra mochila. Empezaré yo misma: quiero sacar de mi mochila el dolor que me han provocado otras personas, y pasar sin el dolor de mi pasado por la vida. 

- Yo el miedo- dijo Iris.

- El miedo paraliza, y lo cambiaré por la curiosidad; la curiosidad te hace avanzar, ir hacia delante. 

- Yo sin embargo quiero dejar la angustia; la que me provocan cosas que no puedo controlar, que no dependen de mi. Lo que no depende de mi; ¿para qué preocuparse?-, afirmó Greta con esa voz tierna y dulce que gastaba. 

- Ángela; cerró el discurso, optando por el rencor. EL rencor deteriora y angustia al que lo tiene, no vale para nada, sólo para el dolor de uno mismo. 

- Levantando la mano Rita dijo; - Quiero añadir algo. Ante un silencio insolente, dijo: 

- La rabia; tengo rabia, de las heridas que he acumulado en mi vida, y no se cómo echarla de mi mente. 

Grace mirando a los ojos de Rita, y con la humedad ocular que infundía el momento, intentó apaciguar la irá de su amiga, que le salía por todos los poros de su piel. 

- Rita; debes perdonar, el rencor y la rabia hacia las personas que te hicieron daño en la vida,  la rabia y el rencor es como una piedra que te quema las manos. Incorporar el perdón a tú vida,  es necesario para seguir viviendo. La paz que te da haber perdonado a los que te han herido, te da calma, tranquilidad, y el sosiego que como me decía Joyce, es la clave de la felicidad.

Ángela deslizándose entre las damas, mientras sonaba Gloria Estefan con los años que me me quedan, y con movimientos muy masculinos, simulando a modo de fantasía un cuerpo de hombre, tomó firmemente a Rita, le propinó una palmetada en su trasero, y ante la sonrisa de todas ellas, se puso a bailar con ella, muy pegadita a ella como si quisiera seducirla. 

Hubo un momento de paz, dentro del sentido del humor que desprendía  la parejita, pero era la simbología de la seducción, de lo que deseaba Rita, de su necesidad más profunda; buscaba ser el centro de la mirada del otro, vivía esperando un gesto de seducción por parte de alguien importante en su vida que no terminaba de llegar. Este momento de humor le había hecho ser consciente mediante el Show de Ángela, de que necesitaba alguien que la cuidara, que la diera amor del bueno, necesitaba sentirse protegida. La gente que le había herido no eran más que personas que como ella llevaban en dolor en su alma.

Ante la emoción de Rita, las cuatro estaban impresionadas. Sabían que ese momento las llevaría a las cuatro a desarrollar una complicidad que se instauraría en ellas para siempre. 

Cuando terminó la buena de Gloria... y con los años que me quedan por vivir, recordaré cuanto te quiero...; fue el momento en el que  Iris se lanzó a propinar su alegato: 

- Aquí estamos las cuatro, disfrutando de un momento mágico especial, y sabiendo que la vida son momentos, y este momento lo ha sellado Gloria, recordándonos que los años que nos quedan por vivir nos hará recordar lo que nos hemos querido, y eso no nos lo puede quitar nadie. 

Sentándose las cuatro en el sillón de Iris; se aproximaron todas, se abrazaron, como si esperaran que después de este encuentro cambiaran sus vidas. La vida es cambio, todo es efímero, sólo el amor eterno prevalece, se mantiene en el sentimiento, en el recuerdo, en la gloria de saber que el cuerpo desaparece, pero es el recuerdo de los que quedan en este mundo, los que nos mantienen con vida. 

Feliz 2023.

jueves, 1 de diciembre de 2022

NUESTROS HIJOS

 

En algún momento te has preguntado lo que has hecho mal con tus hijos, con su educación, con el desarrollo de ciertas habilidades, con el establecimiento de límites que  permitan avanzar a tus pequeños y crecer en el arte de conseguir metas con esfuerzo, también te has preguntado alguna vez qué es lo que deberías hacer para que tus hijos aprendan el arte de llevar una vida llena de alegría; intentaré en estas líneas compartir unas reflexiones, contigo: 

    • Tener un hijo siempre es un acto de amor: y como acto de amor lo más importante es "dejar ser": dejar ser es acompañar, ir dando autonomía paulatina para que el ser que has creado biológicamente, se transforme en una "persona", como se entiende en concepto clásico; el hijo por el hecho de ser persona goza de una dignidad denominada ontológica, por el hecho de haber nacido un ser humamo, y adquiere una dignidad moral en su capacidad de obrar; es decir los actos del niño aunque no sea mayor de edad definen conductas, a veces impropias, sobre las que hay que reflexionar con ellos, e intentar orientarles hacia el bien; y como el bien no es relativo, o al menos en la educación de un hijo no se puede caer en relativismo: Bien es todo aquello que oriente hacia el respeto al otro, no hacer daño a nadie al menos de forma consciente, y construir puentes para que a través de la ayuda a nuestros seres queridos; aplicar la máxima de la madre Teresa de Calcuta: "que nadie se acerque jamás a ti, sin que al irse se encuentre un poco mejor" .  Eso es algo que quiero dejar a mis hijos; cuando te acercas a mi, cuando conecto contigo, cuando me pides ayuda, cuando yo te la pido a ti, me transformo en un ser que se mejora, que se completa contigo. Siguiendo a Vicktor Frankl (psiquiatra que sobrevivió al holocausto Nazi), definía al ser humano como un ser inacabado, que se completa con el otro. Nos completamos con el acto de amor de la relación de ayuda entre unos padres y un hijo, ayuda a construir valores basados en el bien. La esencia del ser humano es el bien, en el momento en que te alejas del bien abandonas el concepto de persona que se basa en la bondad, y pierdes oportunidades para ser feliz. 
    • Los traumas: Entiendo que la separación de su madre y su padre es un trauma que hay que digerir por parte de nuestros hijos, superar esto implica afrontar el hecho traumático de que los referentes que te han creado han roto un vínculo que ha sido su fuente de seguridad, y como todos los cambios requieren un proceso de adaptación en forma de duelo, donde muere una pareja, y se transforma en dos personas en la distancia que ya no se aman; pero lo que nuestros hijos tienen que percibir, es que el vínculo de amor entre sus padres se ha roto, pero no el vínculo de amor con ellos. Esto requiere como todo duelo pasar por una fase de negación (con enfado), negociación (con los padres para volver a lo que pensamos que nos da más seguridad), depresión (tristeza, ansiedad, angustia porque ya nada es lo mismo), y aceptación (fase a la que hay que llegar para que no exista una anomalía en la aceptación del trauma). Para una evolución madura de nuestros hijos, deben llegar a la aceptación, para establecer una relación que era entre sus padres, y ahora es entre dos (una con su padre y otra con su madre). Este proceso requiere mucha comunicación, para que los niños no tengan miedo, y les produzca esta nueva situación cambios en forma de pérdidas que les lleven a deprimirse o  angustiarse. Para esto es muy importante que expresen cómo se sienten, y transmitirles la seguridad de que no van a perder ni el cariño, ni la seguridad que les aportan ambos.
    • Aprender a ser felices por uno mismo: Un aprendizaje importante que me gustaría transmitir a mis hijos es que sólo puedes ser feliz, desde las cosas que dependen de ti; creer en el destino, en la pasividad de esperar que algo me llegue a mi cama sin esfuerzo, taparnos los ojos con una venda y no aceptar la realidad, lo único que nos conduce es al "autoengaño". La realidad es terapéutica, y la aceptación de lo que no podemos cambiar, es lo mejor para combatir la frustración. Hay una cuestión sobre la que debemos reflexionar: Si mi felicidad depende de que alguien me acepte, me valide, me ame, y entiendo que sin esto no puedo ser feliz; me convertiré en su esclavo, y dependeré de alguien para ser feliz, esto no significa que no sea maravilloso que los que me quieran me acompañen en mi camino, pero no por necesidad, sino porque me prefieren y porque los prefiero.
    • Aprender a perder: La frustración que produce  perder, las pérdidas que habrá en la vida, es fundamental para crecer. El dolor que nos provocan las pérdidas (de nuestros padres porque se separen, porque se mueran, etc), requiere una adaptación a una nueva situación en la que  alguien o algo se aleje de mi vida, y ahí hay que darle sentido al sufrimiento, agradecer lo que te dio esa persona o esa situación en tu vida, y volver a empezar con optimismo una nueva situación, una nueva etapa, en la que el optimista crea oportunidades nuevas, mientras que el pesimista se centra y queda abrazado a la crisis.