domingo, 17 de enero de 2021

EL VIAJE DE BEBO




Vivir enseña una ruta que  va abriendo nuevos caminos, en función de los acontecimientos vividos. Las palabras no son neutras contienen una carga emocional y de posicionamiento, que explica la actitud y la conducta del ser humano. Las relaciones en los tiempos modernos han pasado a virtualizarse. El acto de felicitar un cumpleaños pasa a reducirse a un mensaje en una red social, sin más; aleja el calor y la emotividad de las palabras, aunque sea por vía telefónica. 

Han cambiado muchas cosas desde que inicié este viaja. Han pasado desde entonces 9 años; años muy intensos, llenos de vida, llenos de alegría, pasión, locura, sueños, amor, y también de sufrimiento. Todo esto me ha llevado a un estado evolutivo diferente; yo ya no soy el mismo viajero..
- ¿Pero en esencia?- preguntó Ane, esperando que Bebo aclarara el "constructo" en el que se había metido.

 - Hombre Ane; uno cambia, y hasta la esencia se ve afectada. El     concepto de las cosas se relativiza. Pero como siempre digo; "El ser  humano es un ser inacabado, se completa con el otro, es el otro el que modela nuestra personalidad y nuestra persona (somos seres sociales). "Ningún hombre es una isla", se ve rodeado de una serie de circunstancias y personas, que afectan a  nuestra percepción del mundo y nos lleva a la "duda". La duda es el principio del conocimiento, y permite cuestionarnos las verdades que hasta ahora habían dirigido nuestras vidas. Esta actitud me parece la más sana. En un mundo cambiante "Quien no cambia, puede que se extinga".  Ahora bien; el cambio en el cerebro humano genera resistencia, por muy mal que estés y lo necesites. En palabras del psicólogo cognitivista "Walter Risso"; "Nos encontramos metidos en una piscina de mierda, pero es nuestra mierda, estamos calentitos, y nos da miedo salir". Nos movemos entre dos realidades contrapuestas; por un lado el miedo y por otro la curiosidad por la novedad. Son dos fuerzas contrapuestas, que proceden de nuestro cerebro más primigenio, y que nos lleva a un equilibrio ambivalente entre el miedo al cambio y la necesidad del mismo, por tanto la gestión del cambio, es la gestión de la ansiedad resultante que provoca el miedo. En este sentido la felicidad esta llena de hombres valientes que vencieron al miedo.  

- Entonces la vida es cambio según lo que dices- afirmó Gilda, en ese tono seductor que siempre gastaba la dama, sobre todo cuando escuchaba a Bebo. 

- Hombre Gilda, no te esperaba, pensé que no vendrías, como estabas enfadada conmigo. Pero bueno, la verdad es que siempre tuve la esperanza de volverte a ver. Con respecto a tú afirmación he de decirte que si; la vida es cambio. Todo es efímero: el día, la noche, el firmamento, nada es eterno. 

- Pero Bebo; tú si has hablado del "amor eterno"- apostilló Gilda intentando buscar las contradicciones del Gurú-.

- Verás Gilda; el amor eterno existe de forma independiente a si el sujeto está presente o no. El amor eterno es un sentimiento arraigado al alma, no al cuerpo. Cuando has sentido ese amor intenso se incorpora a tú alma; el recuerdo de la experiencia amorosa te proporciona energía durante toda tú vida, y siempre lo llevarás contigo, y como siempre te he dicho; estas personas que han sido "de Luz" para ti, colonizan parte de tú espíritu, ocupan un espacio siempre en tú persona, y de algún modo adoptas cosas de ellos, lo incorporas a tú pensamiento, a tus gestos, a tus palabras, replicas formas físicas que llevas siempre, y que ya no diferencias de tú propio yo, forman parte de ti.

Gilda; reflexiva, como hacía siempre que hablaba Bebo, le parecía que pintaba un mundo fascinante, pero a veces con poca conexión con la realidad, no obstante Bebo le convencía. Era de esas personas apasionadas con sus ideas, que dijera lo que dijera, aunque el fondo no fuera muy consistente, el envoltorio que le daba hipnotizaba a la razón y la servía en un acto de seducción que entregaba a la dama.

Bebo recordó un episodio que había vivido en este viaje, y que llamó "Seductores profesionales" el 11 de Febrero de 2012:... 

 "Mary cruzó las piernas como él las tenía colocadas, y al igual que su interlocutor comenzó a abrazar su barbilla con la mano derecha unos segundos, copiando el gesto habitual del seducido. Era una caricia compulsiva que él siempre usaba,  le daba seguridad, era un elemento comunicativo para realzar su presencia ante la dama, pero su subconsciente ante el efecto espejo corporal, eliminó cualquier reticencia y duda  referente a que aquella mujer era encantadora, le gustaría seguir viéndola.

- Quiero  decirte una cosa Mary; he podido ver que eres una mujer muy sensible por la sutileza con la que hablas de tú película favorita; me ha impresionado. Es una película dramática, y  hablas de ella con una trascendencia que me emociona. El seducido notó un escalofrío que le recorrió la nuca de forma súbita e inesperada, cuando ella emitió el juicio que tantas veces él con las mismas palabras había repetido de Joan Fontain en su brillante papel en Rebecca de Alfred Hitchcock: -“Su abyecta mirada me conmueve cada vez que veo esta obra maestra”-. Es difícil, casi imposible que ella eligiera la palabra que más le gustaba a él y repetía ante la mínima ocasión que podía: Abyecta….
El espejo verbal; usar vocablos que utiliza la otra persona nos acerca a ella, nos pone en su lugar, nos hace empáticos comprensivos, nos abre las puertas de la mente del seducido, pensó ella después de notar que había usado de forma inconsciente una de las palabras que él repitió tres veces en la hora que llevaban de conversación. Mary notó perfectamente la emoción del hombretón cuando después de desplegar su última arma natural de seducción no pudo contener el fluir de una lágrima que se desplomaba hacia la comisura labial. Era el momento de ir al baño: Mary acariciando sus muslos con sus manos en dirección a la rodilla, sujeto los laterales de su vestido y se levanto a la vez que emitía en un tono susurrante: - Me disculpas, debo ir al baño.-
El seducido, conmocionado pensó; es increíble esta mujer me ha dicho en cada momento lo que esperaba, o lo que hubiera dicho yo; qué extraño, si a penas hace una hora que la he conocido. Tras transcurrir media hora, el  seducido se preocupó porque la mujer no volvía; acudió al baño, y como no se atrevía a entrar le pidió a una camarera que lo hiciera por él, la camarera lo miró como si fuera un trastornado y le dijo que no tenía tiempo. Su cuerpo empezaba a contraerse y una taquicardia seca y miedosa redoblaba en su pecho, se armó de valor y pasó al baño de mujeres. La buscó por todos lados y allí no había nadie, tan solo la señora de la limpieza que al verle allí le llamó la atención y le dijo que  hacía una hora que estaba ella en el baño  y no había pasado ninguna mujer.
Un sudor frío y melancólico recorría su cuerpo, corrió a la puerta del bar a ver si veía algo, pero todo era inútil, allí no había nadie. Preguntó al camarero si había visto a la mujer que estaba con él, y  le dijo que no había visto a ninguna mujer, que desde que pasó al bar había estado solo…
El hombre “seducido”, compungido por haber perdido la pista de su alma gemela, empezó a dudar de todo: - ¡Puede que fuera mi imaginación!, ¡o un sueño!, ¡o una aparición!-.
En el fondo, él pensaba: “Todos queremos ver copias de nosotros mismos”, de nuestros rasgos, de nuestras expresiones, de nuestros gestos, de nuestros gustos, de nuestros pensamientos; esa es la base que utilizó Mary, ese espectro, esa sombra, esa mujer, esa imaginación, ese sueño, para seducirme". 

- Hombre Mary; has aparecido de nuevo. Siempre pensé que habías sido fruto de mi imaginación-

Bebo emocionado por el encuentro, no tenía claro que aquel episodio de 2012, hace ocho años, no fuera una proyección de si mismo, o más bien de lo que buscaba. Por aquel entonces era un buscador profesional. En realidad había descubierto que el atractivo de una persona está en lo que te falta, tus carencias, lo que admiras porque tú no lo tienes. De algún modo buscamos compensar lo que nos falta. 

- Bebo- lanzó Mary con ese aire misterioso que proyectaba la Berlinesa:

-¿Quién puede decir que este diálogo que estamos teniendo no es fruto de tú imaginación?. La realidad es fruto del pensamiento aliñado con las emociones resultantes de nuestro cerebro reptiliano. 

- Te estuve buscando, me pasé media vida buscando, y mientras buscaba la vida se pasaba. No pienso buscar más, saborearé cada instante como si fuera el último de mi vida- afirmó Bebo con cierto recelo. Mary; en Berlín busqué la calma. Eso es lo que destilaba mi pensamiento. Me he preguntado muchas veces en que consistía esa calma. Para mi es difícil de explicar; es el resultado inerte de un pensamiento sin miedo, acompañado por un amor verdadero, alguien que te cuide, que se preocupe por ti, que te admire, que a su vez la protejas de sus fantasmas, alguien con quien el tiempo sea sólo una escusa para irse a la cama.

Mary; recordó un fragmento que había recogido del diario de su madre: 

-"Lo que no tiene límite produce miedo, no sabes por dónde cogerlo, pero a la vez te hace salir de lo limitado, y te abre el camino hacia lo nuevo, hacia lo creativo, hacia la improvisación. El ser humano se encuentra con el miedo a lo desconocido, y la curiosidad que produce la novedad, y en esa disyuntiva se mueve la vida, y se plantean los cambios. Mal si lo hago, y mal si no lo hago”.

 - Desde luego Mary; el miedo paraliza, el miedo puede esconder grandes deseos, que venceremos con la curiosidad, la ilusión, la motivación, el sentido del humor. En esta vida hay que ser curioso, Sra Sinderland. Bueno me alegro mucho de verte-

De repente, de forma inesperada, apareció una dama con un vestido negro muy transparente; era GRACE.

- Buenos días; Mi nombre es Grace Sinderland. Ha sido inevitable escuchar la conversación que estaba teniendo con sus personajes, y me gustaría aportar algo a esta historia desde fuera, y sin ninguna pretensión dogmática.

El apellido de Grace, a Bebo le llevó hacia Mary; pero ella no tenía hermanas por lo que la primera cuestión era descubrir quién era Grace, y casi lo más importante; ¿Cómo era Grace?. Ya saben ustedes cómo es bebo, le apasiona la disección psicológica de la mente humana. 

- Buenos días Grace; conozco a una Sinderland, Mary Sindenland; ¿no tendrás nada que ver con ella?. 

- Bueno en realidad no, aunque ¡nunca se sabe!...

Había explotado el recurso de lo misterioso, de lo enigmático, de sembrar una dulce duda seductora que a Bebo le atraía. 

- Bueno eso es lo de menos Grace; háblame de ti, para poder entender tú motivación para entrar en estas conversaciones... 

- Yo soy una persona práctica, de "piel curtida", no soy nada pusilánime, y el tono del discurso de tus personajes lo veo un tanto metafísico, poco real-. Grace era provocadora desde la neutralidad ecléctica de sus convicciones. 

En realidad Grace era una mujer altamente romántica, y su atractivo recaía en esa mágica y misteriosa intuición que descansa en la mente femenina, parafraseando a Bebo: " La mente femenina en el mundo actual, goza de una ventaja competitiva. Hay una realidad antropológica y es que la que fue recolectora y cuidadora en las cavernas cuenta con  una inteligencia basada en el mundo de las emociones sensibles como la ternura, el amor, la felicidad, la solidaridad. Eso permite en la hembra una visión periférica, global que no tiene el hombre. El macho tiene una intencionalidad que focaliza en su víctima, es cazador, su misión es alimentar a la tribu, no hay miedo porque la supervivencia de la especie se cree que depende de él, aunque hasta eso es una falacia, es una erección fálica de su ego, en realidad depende de las cuidadoras y recolectoras de la tribu". 

Grace era muy bella; de esa belleza natural contraria a la fealdad  que define Bebo, basada en el concepto del maestro Molina:  "Es verdad que hay personas feas, que desprenden fealdad, incluso con cara de asco <eso lo dice todo>, y que por mucho que se empeñen,  esa fealdad   procede del interior; destila rencor, sudoración rabiosa de no haber expulsado a tiempo el odio acumulado probablemente de una época temprana, donde la vulnerabilidad  psicológica es una realidad muy vinculada con la edad. Este odio feo y maloliente se transforma en una visión continua de agravios comparativos, que desembocan en una conducta iluminada por la culpa y la pena, donde el orden brilla por su ausencia; donde la angustia y las emociones negativas gobiernan la personalidad, donde la capacidad de control de las emociones se encuentra muy mermada", Pues Grace era la antítesis, esa parte antagónica de la fealdad, que le hacía interesante, creativa, misteriosa, enganchada a la maravillosa  curiosidad del buscador de emociones superlativas, unidas a la pasión sin límites, pero con mucha creatividad y mucho estilo.

Hacía magia con la reflexión, hacía de la duda el principio del conocimiento, Grace era de las mujeres que te obligan a pensar; madre, amante, provocadora, loca y cuerda a la vez, sin prejuicios constrictores que limitan la sensualidad y calidez de una diva que desprende seguridad.

Seguridad en forma de fachada, que  se desvanece ante una perfusión de seducción bien hecha, inteligente, romántica; que se elabora a base de un juego intelectual que doblega a  cualquier alma femenina, que se cubre con un manto de pragmatismo protector para no ser herida. Muy típico de la educación cultural de las mujeres, basada en buscar una complejidad seductiva costosa para poder decir si. En este punto desde luego le tenía ganado a Bebo; que mataba por una dialéctica seductora elaborada, sin facilidad, con mucho juego, y mucha elegancia. 

Esa era Grace, una compilación de varias princesas, que sacaba a pasear en función de la intuición de cada interlocutor con el que se encontraba, siempre desde la discreción y el miedo a una  amenaza potencial que le hacía replegarse y perder esa  subjetividad maravillosa que le hacía adorable; seductora, frívola, irónica, socarrona, sensual, y sobre todo muy sensible. Pero ante la mínima duda, las princesas de Grace se encerraban en las mazmorras del castillo de sus cualidades,  y no salían hasta no sentirse seguras.

-  ¿Qué quieres de mi Grace?, preguntó Bebo. 

-Pues no me lo he planteado, simplemente quiero conocerte, quiero saber: ¿quién es aquel hombre que inspiró mi primer relato?...

- ¿Pero tú me conoces?, yo no te conozco de nada-. Exclamó Bebo intentando buscar una explicación al misterio de la aparición súbita de Grace. 

- Te he leído Bebo, te he escuchado, te he analizado, y provocaste en mi una pasión insospechada por escribir algo parecido a lo que tú haces; la experiencia ha sido sublime. La escritura es un espacio de libertad, donde con la excusa literaria, somos capaces de crear un mundo real, imaginario, lleno de proyecciones, fantasías, con personajes híbridos con sentimientos, pensamientos, y conductas diferentes que confluyen en un engendro a veces surrealista, y otras veces hiper realista. 


Bebo; estaba impresionado por la reflexión de Grace. Se preguntaba por qué había provocado en ella la motivación suficiente para enfrentarse al acto creativo de escribir. Bebo tenía claro que la escritura era mágica. La pluma era poseída por el duende de la creatividad, y empezaba a contar historias imprevisibles,  sin un principio ni un fin determinado, relatos con vida propia que no escribía él, salían solos fruto del influjo mágico del espíritu creativo de la escritura. Pero no era posible que una mujer como Grace, estuviera sólo aquí para mostrarle su admiración a su arte literaria.

- ¿Qué quieres de mi Grace?, ¿Qué buscas?, ¿Cuáles son tus intenciones?-. Bebo no perdía el tiempo, era paciente, pero a veces le  perdía el ansia de saber, no podía esperar...Le faltaba tiempo.   

- No pierdes el tiempo Bebo. Eres un poco impaciente; ¿no te parece?. He venido aquí para ayudarte. Siempre fuiste tú el que ayudaba, ahora déjame a mi, te llevaré a una de las experiencias más increíbles de tú vida-. Grace tampoco sabía con claridad lo que buscaba en Bebo, pero no se cerraba puertas.  

- Mira Grace; no es cuestión de impaciencia. Tampoco te pido que definas lo que quieres de mi. A Gilda siempre le he dicho que no intente "tapar e sol con un dedo", que no se cierre al amor, que sus manifestaciones son diversas, variopintas, libres, no tienen un formato fijo, todas valen, es cuestión de construir puentes que  unan, y no que nos separen. Pero bueno, reconozco que cada vez soy más impaciente, cada vez me cuesta más dejar el"tempo"que cada persona necesita para clarificar sus sentimientos, será porque me estoy haciendo mayor.

- Bonita respuesta Bebo- Exclamó Gilda que andaba por allí, y que estaba deseosa de meterse entre medias de Grace y Bebo. 

- Soy cuadriculada en el amor, necesitas a alguien más libre, que sea como tú. 

- Tú vida está llena de entrega y sacrificio Gilda, naciste para dar, para amar, estás programada genéticamente para eso. Te puedes empeñar en ser superficial, puedes cubrirte de esa pátina que protege tus sentimientos y finges adoptar  a la razón  con una frialdad insoportable que elimina todo mi interés por ti. 

- Perdona Bebo; las mujeres tenemos que protegernos. Somos fuertes nos hemos curtido en la marginación, pero nos pueden hacer daño- . Aseveró Grace intentando coger cancha en los diálogos de Bebo y Gilda. 

-  Eso es Grace. No nos pueden hacer daño. La vida ya se encarga de eso, pero en lo que dependa de nosotras no nos podemos dejar llevar- apostilló Gilda, en un intento de complicidad femenina, que empezaba a preocupar a Bebo.

Bebo andaba preocupado; el se defendía bien con el mundo femenino, pero con dos Divas. Bueno la verdad es que eso no le creaba inseguridad, todo lo contrario, le provocaba una motivación intelectual muy interesante. Juguemos a algo. Cambiemos los roles. Vosotras sois Bebo y os comportareis como pensáis que lo haría él, y  yo con cada una de vosotras me comportaré como pienso que lo harías vosotras. 

- Un momento-. Se oyó  una voz en el fondo. No se apreciaba el rostro, pero el timbre era inconfundible, se trataba de Cony.

- Cony; Dios santo; ¡cuanto tiempo!. Te esperaba, me faltabas en este puzzle de mi viaje. ¿cómo estás?. 

- Como dirías tú: ¡No tan bien como tú!; y aprovecho para pedir permiso para entrar en tú juego. 

Bebo estaba conmocionado, sobrecogido; tendría que jugar con tres Grandes mujeres. El dominaba el arte de la seducción femenina, pero ahora tendría que comportarse como ellas. 

Gilda, Grace, y Cony tres princesas con un mismo alma, con un tronco común. Antes de nada Cony hizo un introito, a ver si Bebo recordaba aquel texto:

- ¿Recuerdas esto Bebo?; preguntó Cony, mirando a las otras dos damas buscando su complicidad y su permiso-.

"Ambos sabían, que debían ser los dueños de su destino. La búsqueda de la aprobación de los demás es un deseo, más que una necesidad. Nos sentimos bien, cuando nos acarician mentalmente. Es imposible vivir en este mundo sin provocar la desaprobación de la gente, y ellos dos con frecuencia provocaban esto. Pero ahora juntos podían seguir adelante con mucha fuerza, pero sobre todo con mucho amor". 

Bebo volvió 8 años atrás, cuando conoció a Cony. Fue  una etapa dorada para él. En esa época vivió como una segunda adolescencia. Se sentía muy vivo, con mucha energía, con necesidad de saltar, de volar, de hacer muchas cosas. Tenía mucha energía. Se sentía un niño con la curiosidad que provoca la infancia. Fue una etapa también de mucho desenfreno, de redescubrimiento de muchas emociones, un reencuentro con la pasión, una actualización del alma que simbióticamente  se nutre de lo que nace, del que empieza, del que lucha, del que ama de forma desmesurada. Ese era el Bebo de esa época, y en esencia es el Bebo de siempre, la única diferencia es que en esa época era un "buscador", y ahora es un "experimentador".

- Claro que recuerdo este texto, fue antes de separarnos, antes de que nuestros caminos se alejaran de repente por dos lineas divergentes que se perdieron en el abismo-. Respondió Bebo con ese tono melancólico que le proporcionaban los grandes mitos de su vida.
- Si Bebo- contestó Cony, calentando para el gran encuentro.

Bueno entonces comencemos las preguntas. Cada una de vosotras realizará una pregunta, que responderé como creo  que vosotras lo haríais.  

- Empezaremos el juego- aseveró Bebo de forma firme y autoritaria. 

- Cony seleccionó la pregunta que ella siempre le hubiera gustado contestar a Bebo y que nunca se la hizo- Bebo ¿Habrías dejado todo por mi?. 
Bebo haciendo el ejercicio mental de contestar como lo haría Cony, pero con una franqueza erosiva contestó: 
- ¡Venga ya Cony!; los dos sabemos que fuimos dos adolescentes apasionados, con un tremendo enganche sexual. Amor hubo mucho, amor en forma de admiración, de deseo, de deleite y disfrute intelectual. Sólo el miedo terminó con nosotros. Era una lección que los dos necesitábamos aprender. 

Gilda se preparaba para hacer su pregunta; y Grace pidió permiso para intervenir: 
- Si me permites Bebo me gustaría saber algo de ti: Sin conocer a alguien ¿Cómo afirmas cosas que no sabes?. -Grace no lo se, puede que sea mi intuición ( eso es lo que contestarías tú). Mi respuesta, siendo yo mismo sería "- No me ha fallado nunca la intuición, y aunque me falle; prefiero arrepentirme de lo que hago que no de lo que nunca he llagado a hacer-".

- Gilda tenía que rematar la sesión de hoy; quizás no sabía muy bien como se encontraba Bebo de ánimo, y quería formular algo que no fuera demoledor, algo que les dejara bien a los dos. Intentaba explorar lo que siempre quiso saber, y aunque lo sabía no terminaba de convencerse.
- Bebo: ¿De verdad me quieres y me has querido?- Tú contestarías te quiero pero no lo suficiente para dejar todo por ti. La verdad es  diferente:Te quiero, te adoro, pero el  amor es libertad y respeto.

Habían pasado muchas cosas en este viaje, muchas emociones, muchas experiencias, mucha felicidad, mucho amor. Es la vida...es eterno lo que impacta en la mente se queda, provoca cambios cerebrales que se adaptan a la eternidad de vuestra presencia; os llevaré siempre conmigo, estéis o no estéis corporalmente a mi lado.