No hay manera de sobrevivir en un mundo sin emociones, prefiero la visceralidad abrupta y desmesurada a la planitud del cubismo, que por cierto por mucho que se elogie el cubismo
Picasiano, a mi no me gusta, parece que por ser Picaso nadie puede discrepar de la estética de los grandes maestros; quizás vivimos momentos en los que la libertad está condicionada por los guiones sociales que cuelgan los referentes culturales, gastronómicos, de los que no se puede discrepar, pero siempre hay un espacio donde la libertad fusiona la racionalidad con dar rienda suelta a la conducta, sin prejuicios y sin constricciones, conservando una transversalidad ética (Primum non nocere, al menos no hacer daño de forma consciente), y estética, los gestos que marcan nuestra conducta que sean bellos, y como "sumun" de la belleza la ternura y la bondad.
La libertad está en las pequeñas cosas, los pequeños gestos, los actos que usan la ternura como la belleza, y la expresión más absoluta de la bondad; esto no es otra cosa que el amor; y es aquí donde la libertad tiene sentido. Cuando amas a alguien, usas la libertad que te otorga el hecho de ser persona en cuidar, admirar, y construir puentes de unión donde compartir esa admiración y ese cuidado en sentido amplio. Dicho de otro modo; que si no te alegras cuando a quien amas tiene un momento de felicidad por un éxito determinado, y no estas triste cuando le ocurre una desgracia a esa persona, no amas.
- El amor te hace valiente, te hace fuerte, te da energía para afrontar cualquier desgracia- Espetó Brian, con esas frases grandilocuentes que de vez en cuando solía soltar, pero que a Mary le hacía pensar, e incluso remover algunas ideas en su mundo psíquico.
- Sí pero no nos pongamos intensos "gordi"; la cuestión es que la vida está muy condicionada por los recursos económicos; el dinero puede hacerte acceder a recursos personales, culturales, sociales, que si no los tienes condicionan tú vida- lanzó Mary ese gancho de realidad que siempre dejaba noqueado a Brian, que navegaba en argumentos metafísicos y espirituales. Mary aportaba a Brian ese pragmatismo que le devolvía a la realidad.
- Bueno amor; ya sabes: salud, dinero, y amor. Desde luego lo principal es la vida, sin vida no hay nada, luego vendrá la libertad. Ahora bien, reconozco que el dinero ayuda, aunque no es determinante en esa búsqueda permanente de algo que el ser humano intenta desde que nace hasta que muere; la felicidad; un concepto muy subjetivo, y que tiene mucho que ver con la capacidad de adaptación, la flexibilidad que te permite aceptar lo que no se puede cambiar, y lo que se puede cambiar y decidimos hacerlo, luchar por ello, y desde luego apelo a la sabiduría que te la la madurez y que te permite diferenciar lo que se puede cambiar de lo que no.
- Amor; todo lo que quieras, y reconozco que todo no lo aporta el dinero en esta vida, pero como te he dicho antes permite hacer cosas que si no lo tienes no lo puedes hacer; ayuda a la salud, y por tanto ayuda al amor, si no hay salud no hay nada, pero también condiciona el bienestar individual; buena comida, buenos profesionales que te permitan conseguir cosas, buenos bienes materiales que te aporten seguridad y mejoren tú calidad de vida, sin dinero no hay nada.
Todo lo que en realidad buscaba Brian lo encontraba en aquella mujer,
lo obtenía con una sola mirada, con un solo gesto con una sonrisa, con un olor, con un sabor, con contemplar un amanecer, con un abrazo, con esas pequeñas cosas que te llevan a la calma, a aquel "nirvana", que de forma natural se transformaba en el mejor alucinógeno corporal y vital que hace irresistible buscarla en cada anochecer, en cada amanecer y en cada sorbo del aire que respiraba.
Esa foto me recordaba a la película "Grease", que a ella le encantaba, le enternecía esta canción:
"Our Two Worlds Will be one"; nuestros dos mundos serán uno, decía Olivia; y quizás ese es el gesto que te conduce al amor; vivir en dos mundos paralelos con espacios compartidos, llenos de cuidado por el otro,admiración, deseo y pasión compartida.
En aquel libro compartido se hablaba de de los detalles, de los pequeños detalles, de aquellos que salen del estómago, de aquellos que son la máxima expresión de la libertad y de un sentimiento de amor; contestando a Benavent en este libro; No hay que reprimir el instinto cuidador, siempre y cuando se mantenga la libertad del otro; como dice Benavent: "Nadie debería dejar de hacer algo que le llena por miedo a qué pensarán los demás (algo que me hace feliz)"; Eso es Libertad.
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