domingo, 5 de abril de 2020

LA NOCHE MÁS LARGA DE AUTE

Los mitos también mueren. Para mi era un mito el maestro Aute. Me retrotrae a momentos rebeldes de mi vida. Donde quería cambiar el mundo, a mi manera claro.Uno con 17 años se cree en posesión de la fuerza suficiente como para hacer la revolución.
Luego te das cuenta en que podrías haberte centrado en lo que dice un poema en la la tumba de un obispo anglicano en la abadía de Westminster: 
“Cuando yo era joven y libre, y mi imaginación no conocía límites, soñaba con cambiar el mundo. A medida que me fui haciendo mayor y más prudente, descubrí que el mundo no cambiaría, de modo que acorté un poco la visión y decidí cambiar solamente mi país. Pero eso también parecía inamovible.
Al llegar a mi madurez, en un último y desesperado intento, decidí avenirme a cambiar solamente a mi familia, a los seres que tenía más próximos, pero ¡ay!, tampoco ellos quisieron saber nada del asunto.
Y ahora que me encuentro en mi lecho de muerte, de pronto me doy cuenta: «Sólo con que hubiera empezado por cambiar yo mismo», con mi solo ejemplo habría cambiado a mi familia.Y entonces, movido por la inspiración y el estímulo que ellos me ofrecieran, habría sido capaz de mejorar mi país y quién sabe si incluso no hubiera podido cambiar el mundo.”
Pues si;  al final te das cuenta que lo más productivo es empezar por cambiar tú mismo, al menos tu ejemplo puede influir al entorno que te rodea. 
Recuerdo de Aute esa época protesta en la que tocaba la guitarra en la calle de la reina con mis amigos. Había una chica que cantaba muy bien, y mientras aporreábamos las guitarras;  el "Chino" , el "Body", y un servidor, ella tiraba de cuerdas vocales emocionándonos con "las cuatro y diez". Como dice Sabina; es el que mejor cantaba de todos nosotros refiriéndose a Aute, y yo también digo de esta diva que la memoria caprichosa ha borrado de mi disco duro su nombre,  pero  nos enamoraba a todos los que estábamos allí con su voz: 
Fue en ese cine, te acuerdas, 
en una mañana al este del edén, 
James Dean tiraba piedras 
a una casa blanca, entonces te besé. 
Era entonces cuando se escapaba un beso, si había suerte en la boca. En esa época éramos todos muy hippies, de haz el amor y no la guerra, pero era más bien de boquilla, se quedaba en la estética "Flower Power", y en "no pises la Hierba fúmatela". 

El Maestro Aute me ha acompañado en toda mi vida, desde la rebeldía, pasando por el nihilismo, y llegando a la visión empática del ser humano; que sin caer en relativismo te lleva a intentar comprender a la persona, y a quedarte con lo mejor de cada uno.
 
Una canción dura es "Al Alba", también la cantaba esta chica que os digo, que tenía los labios y el alma de negra, de las que cantan Gosper.  La recuerdo como tal, pero era blanca, morena pero blanca. Pues bien; era un himno para nosotros que no comprendíamos. Era la época de la transición, pero a nosotros la política no nos interesaba, nos quedábamos con la amistad, el amor, y con las guitarras: 
Si te dijera, amor mío, 
Que temo a la madrugada, 
No sé qué estrellas son estas 
Que hieren como amenazas, 
Ni sé qué sangra la luna 
Al filo de su guadaña. 
Presiento que tras la noche 
Vendrá la noche más larga, 
Quiero que no me abandones 
Amor mío, al alba. 
Los hijos que no tuvimos 
Se esconden en las cloacas, 
Comen las últimas flores, 
Parece que adivinaran 
Que el día que se avecina 
Viene con hambre atrasada.

Es una canción que está dedicada a las últimas ejecuciones del franquismo en 1975, el 27 de Septiembre. No teníamos ni idea, ni nos importaba. Era aquello de que el tono estético ya nos excitaba, en una época en la que las hormonas y el espíritu revolucionario, y de protesta prevalecían por encima de todo. Esta comprometida canción que interpretaba esta  blanca que os digo  que tenía alma de negra,  nos llevaba hasta la locura en forma de pasión contenida no resuelta, pero era lo que tocaba por aquel entonces. 

Lo de presiento que tras la noche, vendrá la noche más larga, lo llevábamos a nuestro terreno, y al final confirma que uno ve lo que quiere ver. Alguien dijo que: " Quiere decir a su amor que va a pasar la noche con ella, con máxima actividad".  -Bueno cada uno interpreta el arte como quiere- - Querido Aute-.

Luego vino el cine. Me enamoré del cine clásico gracias a Aute, o el cine me enamoró de Aute no lo se muy bien:  
Cine, cine, cine,
Más cine por favor,
Que todo en la vida es cine
Y los sueños,
Cine son.
Cuando la Blanca que opositaba a negra se fue, y mi primer amor partió hacia otras lindes. Me entregue al cine clásico. Tres películas llenaron mi mente de romanticismo en blanco y negro, y me dejaron un poso muy especial, del que está lleno este blog: Gilda, Casa Blanca, y Rebeca. Tres obras maestras que el Gran Pumares, gritaría con su voz desganada y con tono de cabreo "MaaagistraaaaL". Cine, cine, cine, más cine por favor, que todo en la vida es cine, y los sueños cine son, Gracias maestro por descubrir ente mi lo que decía Julio Verne:"Cualquier cosa que un hombre puede imaginar, otro hombre la puede hacer realidad". Si maestro Aute; Ahora se que todo la vida es cine y los sueños cine son. 

Sin tú latido; ¿Se puede ser mejor poeta que acariciar el alma del que se enamora con este estribillo?; La época de la que hablo me enganche a Ante porque era un poeta, un intelectual, artista, un hombre comprometido: 
Ay, amor mío,
qué terriblemente absurdo
es estar vivo
sin el alma de tu cuerpo,
sin tu latido.

¿Emociona el estribillo?. Sin negra  y ya en un gesto honanista silvado por mi guitarra, recuerdo las tardes sin internet, ni youtube <porque no existía>intentando sacar esta maravillosa canción, que enamoraba al menos romántico del mundo. 

Recuerdo para finalizar y no hacer un relato infumable. Una canción que cantaba a mi primer amor antes de irse, porque yo pasaba por su casa cerca de la estación, donde por cierto recuerdo el dramático día en el que la acompañé hasta allí para despedirla y ya no la vi mas...Pero a lo que vamos; le cantaba esta canción con la guitarra cuando me dirigía a buscarla:  

No pienses que te espío,
No llego a ser tan ruin;
Es torpe que tú creas
Que quiero "sorprenderte en un desliz",
Y bien qué tontería,
No soy nada sutil,
Si yo sólo pasaba,
Pasaba por aquí, pasaba por aquí.
Ningún teléfono cerca
Y no lo pude resistir,
Pasaba por aquí.
Nos reíamos los dos por lo de "no pienses que te espío, no llego a ser tan ruin... Si yo solo pasaba pasaba por aquí. 

!Qué recuerdos maestro!; Me has acompañado, me has hecho pensar, me has conducido al amor adolescente y al amor maduro, y ahora te me vas. Bueno queda tú obra; ya sabes Luis Eduardo; aquello de que uno muere cuando se olvidan de él, y yo querido maestro nunca podré olvidarte porque ya formas parte de mi. 

Descansa en Paz amigo Luis Eduardo. 

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