domingo, 6 de noviembre de 2011

TOMANDO EL CONTROL DE LA VIDA



CALLE DE PRAGA INVIERNO 2006
Woody allen decía que la única forma de ser feliz es que te guste sufrir, y en cierto modo dentro de la ironía de la frase se recoge una parte importante del devenir del ser humano: El sufrimiento que provocan los problemas, fracasos, crisis, tragedias, etc.
Lo importante no es la obviedad de  que en la vida nos vamos a encontrar con dificultades más o menos importantes, sino  la forma de abordarlas, la manera de recoger  los datos que nos informan de una situación determinada, y el modo en que manejamos las emociones resultantes, y  la conducta expresada como colofón de todo el proceso.
Para E. Rojas los cuatro instrumentos a utilizar en la gestión del objetivo primordial del ser humano; Ser feliz, son: amor, trabajo, cultura, y amistad. Para este Psiquiatra Humanista: El sentido de la vida a su vez tiene tres estrellas: una dirección firme, un contenido y el menor número de contradicciones internas posibles, es decir coherencia.
Como decían los griegos; practicar lo que se predica <Dime qué haces y te diré cuánto te creo>. No existe coherencia sin hacerte dueño del propio “Yo”, sin que exista un diálogo interno, cara a cara contigo mismo; es decir mediante un profundo  Autoconocimiento”.
En palabras de Lao-Tse: Conocer a los demás es sabiduría, conocerse a uno mismo es iluminación”. Es muy recomendable frenar el ritmo de vida que llevamos, escucharnos a nosotros mismos, vernos desde fuera como si nuestra vida fuera una representación teatral  y cuestionar nuestras conductas. El autoconocimiento permite identificar nuestros sentimientos, y encontrar la distancia adecuada ante circunstancias adversas. También nos permite detectar conductas que nos producen infelicidad y nos causan sufrimiento.
Para los antiguos griegos la coherencia entre mente y conducta, era una condición imprescindible para alcanzar la paz interior. La disonancia cognitiva, como se denomina en psicología, la tensión que aparece como consecuencia de la contradicción entre dos creencias, es un continuo al que se enfrentan todas las personas. Para Erich Fromm, la existencia de disonancias cognitivas y el intento de resolverlas son propias del  la existencia humana.
La mayor parte de la gente no sabe por qué ha elegido la vida que lleva, tanto si es buena, o mala,  tienen la sensación de no ser  ellos los que han marcado y elaborado su propia vida; sin embargo si evalúan su historia vital, ven su proyecto de vida, sus objetivos, sus hábitos, sus conductas, las relaciones que establecen con su entorno,  van  siendo conscientes de la responsabilidad que tienen en la  vida que hoy disfrutan. No puede existir coherencia sin ser dueño de ti mismo y de tú propia vida, considerando obviamente los imponderables que pudieran surgir y que no dependen de ti. Para los Estoicos en este mundo existen dos tipos de cosas:
1.       Las que dependen de nosotros: Apetitos, juicios, opiniones.
2.       Las que no dependen de nosotros: Intervienen otras personas o factores que no  podemos controlar (amor, salud, riqueza, etc.)
Para esta antigua corriente filosófica; el hombre  no es feliz si se empeña en conseguir aquello que no depende de él, si en cambio se ocupa de lo que depende de él  siempre será dueño de sus propios actos.
La capacidad de gobernarse a si mismo, que los griegos lo denominaban “Autarquía”, es un concepto importante en la búsqueda de la felicidad: “Cualquiera puede convertirse en tú amo si tiene algo que tú no tienes y quieres conseguirlo como sea: prestigio, dinero, amor, etc.” Por el contrario si sólo me centro en lo que depende de mí, nadie podrá convertirme en su esclavo.
Los más nocivos apegos (Incapacidad de renunciar a determinadas cosas aunque nos hagan daño), son aquellos que se originan en la mente y se mantienen mediante el  “autoengaño”, y son  los que proporcionan señales irreales de seguridad como la fama, el poder, el prestigio, etc. Cuando dependemos de estos valores superficiales, si los perdemos sentimos que no valemos nada, o incluso que no existimos.
Es por todo esto, que el hecho de ser libres y responsables de nuestra vida, debe ser un objetivo fundamental de la existencia humana: Saber  que toda acción tiene consecuencias y que a veces estas consecuencias nos producen dolor y pueden atormentarnos, pero lo hecho hecho está, si hemos hecho daño pidamos perdón, y si no nos perdonan debemos acostumbrarnos a vivir con ello, asumir las consecuencias, y aprender de la experiencia: En cualquier caso como el pasado es inmodificable, y por muy culpables que nos sintamos esto no cambiará nada, es necesario eliminar el sentimiento de culpa de nuestras vidas e incorporar la experiencia vivida al momento en el que estamos, porque es ahora en este mismo instante donde debemos esforzarnos por ser felices.

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