lunes, 26 de diciembre de 2011

EL DISCURSO DEL REY

Estatua de Alfonso XII en la plaza del Ayuntamiento de Aranjuez

Anteayer  el Rey habló: Como manda la tradición todas las Nochebuenas escucho atentamente el discurso de Navidad del Rey, este año la puesta en escena y la fisionomía gestual de su Majestad hablaba por si sola:  Rostro de preocupación por las agresiones que está sufriendo la Casa Real, y tensión escénica relacionada con la situación de crisis económica  que está viviendo nuestro País, se muestra un Rey más institucional que familiar: Hay que destacar el detalle de la fotografía que aparece en escena junto al presidente entrante y el saliente, en sustitución de la foto típica de familia .
 Este año he visto a D. Juan Carlos con una fragilidad que destila cansancio; Ser  Rey en los tiempos que corren no es fácil, sobre todo por los imponderables que al propio Rey y al príncipe se les escapan de las manos, en ese sentido la alusión a la figura del príncipe y el refuerzo sucesorio que  Su Majestad ha hecho en el discurso refleja la preocupación por el futuro de la Monarquía en España: “Aprecio, aún más si cabe, el rigor y el acierto con que mi hijo, el Príncipe de Asturias, me acompaña como Heredero de la Corona”.
El punto clave del discurso, o al menos el que la prensa más jugo le ha sacado, es su referencia  a la desconfianza  y prestigio de algunas instituciones, en relación con el Caso “Urdangarín”. No creo que sea justo juzgar al Rey y a la Corona por este escándalo. Don Juan Carlos defiende la honorabilidad de todas las instituciones sobre todo La Corona, e incide en que las personas públicas tienen  el deber especial de observar un comportamiento inadecuado, y tener una conducta ejemplar: En este sentido, ante la opinión pública, entiendo que La Corona no basta con mostrar una conducta ética, debe acompañarse de una imagen estética impecable y libre de cualquier duda y ambigüedad (Ya saben queridos blogueros: “Además de ser la mujer del Cesar, hay que parecerlo”).
Su Majestad confía en la universalidad y equidad de la justicia: “La justicia es igual para todos. Cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley”. Desde luego con esta generalidad se desmarca de cualquier defensa a “Urdangarín”,  y mantiene una distancia objetiva basada en el sacrifico del afecto familiar, a favor de la supervivencia de la Corona y la Monarquía Parlamentaria que ha propiciado la etapa de mayor progreso, paz, y prosperidad de toda la historia de España. Por eso: “No se deben generalizar los comportamientos individuales porque se podría causar un grave daño a instituciones y organizaciones que son necesarias para la vertebración de nuestra sociedad”. No somos culpables de la pareja que han elegido nuestros hijos, será la responsabilidad individual de estos, pero la credibilidad del Rey como garante de la Constitución e integridad del estado, y la de su hijo el Príncipe de Asturias está libre de toda sospecha, hasta que no se demuestre lo contrario.
D. Juan Carlos, potencia valores que a mi juicio son fundamentales para avanzar y sacar adelante este digno país: “Necesitamos potenciar valores como educación, trabajo, esfuerzo, iniciativa, compromiso, solidaridad, entre otros”. Un País sin educación, sin formación, sin cultura hace que las gentes no evolucionen, no progresen, no puedan competir con una Europa moderna y convergente. Me parece que Su Majestad ha tocado también un valor clave como el trabajo y el esfuerzo: Las nuevas generaciones que han crecido en la sociedad de la abundancia y el consumo a veces desmesurado, en muchas ocasiones no saben valorar en su justa medida la relación entre trabajo/esfuerzo y evolución personal y social; se hace necesario premiar la tenacidad y el esfuerzo. Por el contrario el modelo de dinero y popularidad gratuita, sin aportación intelectual y personal alguna, o sólo por el hecho de tener una relación con un famoso o famosa, a mi juicio no vertebra una sociedad culta y preparada para competir en este mundo globalizado. El compromiso con este país en crisis requiere poner un granito de arena en todos los campos. Como trabajador público que soy, sufro los recortes  que todos los servidores públicos estamos recibiendo, en este sentido recordaré una frase con la que estoy muy de acuerdo emitida por John Kennedy: “No preguntes lo que tú país puede hacer por ti, sino lo que tú puedes hacer por tú país”, y en estos momentos nuestro país nos necesita, y es momento de poner en marcha la solidaridad a la que hace referencia D. Juan Carlos.
El Rey destaca la importancia del bienestar social: “Estado de Bienestar necesario para mantener la indispensable cohesión social que la justicia distributiva reclama”. Consciente de la importancia del pilar básico que ha mantenido la calidad de vida de los españoles, su majestad  recalca que el elemento clave en la cohesión social y la justicia distributiva, sobre todo de los sectores más vulnerables de la población, es el mantenimiento y evolución ajustada a los tiempos del estado de bienestar.
La Casa Real,  ha jugado un papel fundamental en la transición, y en estos momentos de crisis ocupa un rol clave como mediadora e integradora de todas las posiciones políticas. El Rey como Jefe de Estado ha estado y estará el mismo y en la figura de D. Felipe de Borbón cuando le toque reinar, velando por la seguridad y continuidad de este país. A nivel de relaciones exteriores, el Rey ha demostrado ser el mejor embajador de España en momentos claves, interviniendo en crisis territoriales, políticas, culturales, y  económicas, y ahora nos toca a todos los Españoles apoyar a esta institución que tanta estabilidad y buenos resultados nos ha dado, es una deuda que el pueblo español tiene con y hacia La Corona.

Abuelo de mi Tía-abuela en el Palacio de Aranjuez: Acompañó a Isabel II al exilio.

Esta noche mi tía-abuela ha fallecido con 94 años. Forma parte de una generación en la que su abuelo sufrió el exilio junto a Isabel II y Alfonso XII, quiero dedicar este artículo a una línea familiar que esta noche se ha extinguido, y que han sido responsables en gran medida de mi respeto y admiración a la Corona. Va por ellos: ¡Viva el Rey!.

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