viernes, 1 de julio de 2011

INTROITO


Comienza mi andadura, en este blog con el empeño de desenmarañar el interior del ser humano, sus virtudes, sus debilidades, sus pasiones, sus miserias.
Con motivo de un viaje a Escandinavia, quiero contar mi evolución personal, a través de mis propias reflexiones, las reflexiones de un viajero que inicia un viaje al centro de sí mismo.

En realidad es una escusa como otra cualquiera para desenmarañar el cambio, como instrumento fundamental de crecimiento vital. Alguien dijo que uno es viejo cuando deja de aprender, y yo añadiría que uno es viejo cuando pierde la curiosidad, cuando no tiene inquietudes, cuando se rinde a la dictadura del ego muy condicionada por las incursiones culturales, educacionales, y sociales que a lo largo del desarrollo del ser humano impactan en el almacén cognitivo de nuestra mente.

Pero  lo malo no es el cambio, sino como gestionarle. Con el cambio rompemos estructuras cognitivas establecidas que tienen que ser repuestas por otras, y este cambio de estructuras implica miedo, ansiedad ante lo desconocido, y en ocasiones nostalgia de lo anterior, es por eso que cambiar desde el interior modificar las ideas, valores, y pensamientos de toda una vida, implica valor, y sobre todo estar convencido de querer hacerlo.



He pensado mucho en estos meses, he dado vueltas a diferentes asuntos que me preocupan; los he visto desde distintos puntos de vista, y en realidad no he llegado a una conclusión clara, aunque al menos el mero hecho de reflexionar me sitúa en una panorámica más amplia de la que en realidad creía que tenía:

El afecto es un aliño que todos necesitamos, y puede convertirse en el "gran sentimiento anhelado" cuando no lo encontramos o somos refractarios a él.

Por el momento he estado buscando a alguien o algo en lo que depositar mi afecto, pero el afecto no se deposita de forma unívoca, es más bien un sentimiento que se va desprendiendo en las diferentes relaciones que tiene el ser humano. Es verdad que probablemente lo más importante es sentirse querido, sentirse amado, sentirse admirado, pero en el fondo no es más que una entelequia intelectual, que nos genera una dependencia afectiva que disgrega nuestros esfuerzos por seguir con nuestro proyecto vital y nos hace vulnerables.

Todo lo que depende de ti es más fácil controlarlo, lo que depende de los demás es más aleatorio. ¿Pero realmente necesitamos ser queridos?:
Probablemente el cariño es el fruto de la necesidad de ser acogidos e integrados en el grupo. Ningún hombre es una isla, se ve influenciado por la necesidad de interaccionar, adoptando diferentes conductas dependiendo de la experiencia absorbida.

Siempre estamos condicionados por nuestras dudas, nuestros miedos, nuestros sentimientos, a veces contradictorios y ambivalentes, pero resulta muy práctico saber que el ser humano busca el placer y evita el dolor (es una máxima simplista que guía la conducta humana), y el placer, en el sentido más amplio de la palabra, se encuentra en pequeñas cosas como el sentirnos queridos, deseados, admirados, necesarios. Son estos sentimientos derivados del ego, y  el espíritu narcisista que habita en el espacio más ancestral de nuestra mente, lo que en el fondo nos hace interaccionar y buscar la recompensa más real o menos real  que otorga las relaciones humanas.
A modo de higiene personal quiero empezar este blog, pidiendo perdón, perdón a quien en algún momento de mi vida he hecho daño, necesito liberarme de la carga, del sentimiento de culpa de haber producido dolor en los demás, para ello hace tiempo escribí un poema que hoy quiero compartir con vosotros:

PERDONA

El laberinto de la nostalgia
El dolor de la separación.
La gloria de la esperanza.
El perdón del peregrino.
En tus entrañas:
Yace el rencor de tú mirada.
Una negra flor que se marchita en su planta.
Una tormenta de amor rodeada de silencio.
Una lucha fugaz de energía encarcelada.
Una frontera cerrada al paso de la vida.
Un corazón dolorido por la traición del que ama.
Donde se levanta el alba
En un nuevo amanecer:
Esculpe el sol las montañas
Erosiona los caminos
Ilumina las mañanas.
Dónde las flores son libres
Donde descansan las ganas
He recogido un mensaje:
“Si no perdonas no amas”
Siempre volarás con peso
Nunca limpiarás tú cara
El perdón es el sentido
Que da olor a la esperanza.
El que perdona descansa.
Y al perdonado lo salvas,
De morir con pesadumbre
De vivir con añoranza.

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