domingo, 17 de julio de 2011

HIPNOTIZADOS POR LA MAGIA DE LOS FIORDOS


7 Y 8 DE JULIO DE 2011: LA INCURSIÓN EN LOS FIORDOS.


Es una falta de respeto la impuntualidad”, - exclamó Isabel, mujer de Fernando, Los Reyes Católicos. No era aún la hora y las  Diosas del Sol Gaditano estaban apurando los últimos suspiros de humo rubio de Andalucía. Empezaba el ambiente a caldearse en el autobús, mientras tanto Cayetano, el gran conductor de Lucena, disertaba con un constructor de Alicante y conmigo sobre las bondades de la Sociedad Noruega (“Ohu, aquí tienes que vender la casa para beberte una Cruz Campo”).
Por fin partimos hacia el Fiordo de los Sueños (Sognefjorden).  Es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y se encuentra, aproximadamente, en la mitad geografica de Noruega, a medio camino entre Oslo y Bergen, aunque más cerquita de esta pequeña y pintoresca ciudad.

Es famoso por su espectacularidad, por estar rodeado de enormes paredes verticales de roca que generan una vista increíble al contrastar con el agua azul de sus aguas que, en algunos tramos, alcanzan los 3.000 metros de profundidad y que mezcla agua dulce con agua salada.

Rodea una gran cantidad de pueblos ideales para hacer una parada en plena naturaleza: Aurdal, Flaam, Sogndal... Es uno de esos sitios memorables para el amante de la belleza natural.

Cayetano nos llevó con el tiempo justo para tomar el tren de Flaam; un tren tipo cremallera que circula por las montañas de los Fiordos, y donde lo más destacable es unas maravillosas vistas. No nos dio tiempo a ir al baño y como el guía Miguel no sabía que había baño en el tren, fue recriminado por ello. Llegamos justo para montarnos en el tren y salir hacia Flaam. Durante el camino el paisaje nos dejó sobrecogidos, y un silencio ensordecedor, con trasfondo de relajación se apoderó del grupo. Hicimos una parada en una espectacular cascada, donde dicen los más avispados que hicieron un espectáculo  músico-teatral. La verdad es que como había tanta gente nosotros sólo vimos  la cascada.
PARADA DEL TREN DE FLAAM

CASCADA DE FLAAM

CASCADA PELIGROSA

Al finalizar el  viaje en tren Cayetano nos recogió, y nos llevó a ver un pueblecito al pié de un fiordo con mucho encanto; un lugar alejado, semivirgen, donde nos topamos con un niño de unos 10 año como mucho en medio de la carretera, luego supimos que era pastor de un rebaño de cabras Noruegas. En el pueblo pudimos ver por fuera una austera iglesia vikinga en el pié de una orilla  del fiordo de los sueños.
 
Tomamos el Cayetano-Bus, y luego  volamos a comer para tomar el ferri donde navegaríamos por el Fiordo de los Sueños: Comimos previamente en donde se toma el ferri. Allí pudimos ver un poblado vikingo.
Quedamos con los 7 en que alguno de nosotros de adelantarían para coger sitio; fueron Isa, Paloma y Marisa las aguilillas que colonizaron primero la proa. Gracias a la fuerza de la seducción de Paloma conseguimos los mejores sitios.
Corrimos como buitres para coger un sitio en la proa del barco, luego nos tuvimos que ir a la popa pues el aire fresco del fiordo nos estaba congelando las entrañas. El paseo fue maravilloso, el aire puro, el silencio limpio y gélido, sedujo a nuestra alma, y la dejó en un nirvana temporal que nos impedía hasta movernos para hacer fotos.
“En el Fiordo de los sueños rodeados de agua, vegetación y paz, me encuentro sobrecogido por el entorno. Un sosiego interior recorre mi cuerpo desde la punta de los dedos de los pies hasta la cabeza. La libertad del viento fino y los rayos de sol filtrados a través del valle de los sueños, calientan levemente el cuerpo del viajero, extasiado por tanta belleza.
La nieve que se vislumbra en las cúspides de las montañas, recuerdan que estamos en tierras vikingas, en el sognefjorden. Es posible que todos los sueños se concentren aquí, el miedo, la ansiedad, la angustia, las alegrías, el amor, el desagrado, la rutina. Todas las emociones que habitan en la mente se encuentran en este fiordo: Oh! Gran Fiordo de los sueños, Rey de la nostalgia, y de la vida, penetra en nuestra mente y cúbrela de sabiduría, fortaleza y valor.
Mientras nos alejamos del cuerpo central del fiordo de los sueños, cuando aún unos tímidos rayos de sol difuminan el aire; la sensación poderosa de la grandiosidad del fiordo, ha limpiado la mente, y ha secuestrado el ego que se rinde ante el paraíso que conquista nuestras retinas. Sólo queda la esencia de los viajeros, a solas con el agua, el sol y abrazada por los brazos del fiordo, que solidifican el interior del cuerpo”.
EL  VIKINGO MANSO

PUNTO DE PARTIDA DEL FIORDO DE LOS SUEÑOS

DESDE EL RESTAURANTE QUE COMIMOS SE VE EL FIORDO DE LOS SUEÑOS







LA CARRERA POR LA PROA Y LA SEDUCIÓN DE UN ANGEL

NAVEGANDO POR EL FIORDO DE LOS SUEÑOS

BARCO VIKINGO A LA VISTA!

CAMPAMENTO VIKINGO

CAMPAMENTO VIKINGO

CAMPAMENTO VIKINGO

POR EL CENTRO DEL FIORDO DE LOS SUEÑOS



PUEBLECITO EN ORILLA DEL FIORDO DE LOS SUEÑOS

PUEBLO SIN ACCESO POR TIERRA

PROA COLONIZADA POR LOS 7 Y LOS DOS ANEXOS

DOS BRAZOS DEL FIORDO DE LOS SUEÑOS







UN POCO DE FRIO TAMPOCO VIENE MAL

CASCADA EN EL FIORDO DE LOS SUEÑOS



CAPERUCITA Y EL LOBO FEROZ




Salimos montados ya en el Caye-Bus, hacia el hotel, antes haríamos una parada en la lengua del glaciar de Boyabreen, de nuevo la magia de la naturaleza conmocionó al grupo, aunque duró poco tiempo:
Primero iniciaron la batalla contra Cayetano; decían que iba muy deprisa: El guía dijo que si no llegábamos a tiempo no nos daban la cena (En Noruega se cena muy pronto), y que la velocidad era prudencial y segura. La verdad es que las carreteras daban pánico. Otro problema fue que nos cambiaron el Hotel, pues según el guía nos venía mejor, además estaba en la orilla del fiordo de  (Un sitio fantástico, y un buen hotel), pero parte del grupo refunfuñaba por el cambio. Pienso que salimos ganando, pero la queja se había instalado en la cultura del grupo.
Al día siguiente viajamos hacia el Glaciar de Briksdal, un glaciar que en unos 10-12 años desaparecerá, según nos comentó el guía: Subimos andando hasta la lengua, Marisa (mi mujer), apodada la cabra montesa por el grupo, fue abriendo camino entre las piedras que sólo nosotros y los mexicanos autistas de nuestro grupo fuimos capaces de seguir la ruta que abrió la cabra, aunque eso si la seguimos de lejos.

Después de un agradable día de sol conseguido por las diosas de Cádiz, partimos hacia el Fiordo de Geiranger, donde tras unas maravillosas vistas desde el autobús, tomamos un Ferri para navegar por él: allí pudimos apreciar esculturas de la naturaleza como el velo de la novia, el pretendiente, las siete hermanas, las granjas en las orillas que en su día sustentaban la economía de la zona, etc.


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