Ella tomó sus gafas de sol, se las instaló en su mirada, y empezó a darse cuenta de que la vida es algo más que "vivir para los otros"; sintió claramente que en verdad no tenía que complacer a nadie, sólo a ella misma. Ella nunca se sintió sola, siempre vivía acompañada del destino, de su entorno, de su trabajo. Sentirse solo es como vivir en un vacío existencial continuo, y motiva a decisiones erróneas por una dosis de compañía, no se trataba de buscar el aislamiento, se trataba de tener un encuentro con ella misma, abrazarse, mimarse, cuidarse, y conocerse, y a partir de ahí estar abierta a alguien que te abrace, te mime, te cuide, y te acepte tal como eres.
Siempre supe que los viajes cambian al viajero, dejan su impronta, y aunque no sepamos la razón de nuestra elección, nuestro yo más interno movido por emociones diversas decide una aventura determinada, que sabes que te va a dejar una historia, sabor, sabiduría, olor, esperanza, y recuerdo nuevo.
Nadie me dijo que la vida fuera tan compleja, nadie te enseña a caminar con criterio; este criterio debe estar dirigido por la honestidad, ser honesto no es ser franco; ser honesto parte de la complicidad de tu autoconocimiento, y de transmitir con asertividad tus valores, los que no estas dispuesto a negociar con nadie, y que sientan las bases del respeto contigo mismo.
Me dijo mi conciencia: " he vivido la vida con miedo; he de asumir que llevo el miedo pegado a mi cuerpo. Desde pequeño he tenido que asumir la sombra del miedo; miedo al futuro, miedo a mi padre, miedo a Dios, miedo a perder el cariño de los otros, miedo a la soledad, miedo a perder el amor, miedo a la muerte, miedo a la vida. Esto fue providencial; no he podido llegar este verano a una mejor conclusión: "el miedo ha gobernado mi vida, y no voy a permitir que el miedo se apodere de mi"; le miraré a los ojos, le plantaré cara, y por dignidad seré honesto conmigo mismo y con las personas que quiero. He llegado a la conclusión de que no se puede vivir con libertad, sin plantar cara el miedo.
La palabra MAKTUB, procede del Árabe, y significa que lo que está destinado a suceder siempre encontrará una forma única, mágica, y maravillosa para manifestarse. Esto me hizo pensar mucho; ¿realmente los acontecimientos en la vida suceden porque están destinados a suceder?, ¿Dónde queda el empeño del ser humano por conseguir de verdad lo que desea?.
Da igual lo que se pueda pensar; lo que sucede es una combinación de aleatoriedad (llámese suerte), y voluntad de buscar una meta y luchar por ella. Nuestro cerebro necesita ilusionarse con algo, y no con sensaciones materiales, sino con darle sentido a la vida; el sentido de la vida siempre se completa con "el otro", con alguien con quien disfrutar, vivir, y soñar.
"Ámame cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite"; esa insistencia en "dejar ser" es la base fundamental de la amistad y del amor; además no creo que tengamos que poner cortapisas a la vida; las cosas ocurren cuando tienen que ocurrir, y se desarrollan para ensañarnos lecciones que necesitamos aprender.
Con sus gafas de sol; se retiró a su cama, a reflexionar sobre las ideas que le había lanzado Ernesto; pensó: - ¿Por qué no creer en el amor eterno?-...
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