miércoles, 26 de abril de 2023

MISCELANEA


Cuentan que una princesa en un lejano reino, quería buscar marido; y le dijo a su padre (el Rey), que dictara un bando en el que dijera que el candidato tendría que estar un año a la intemperie, bajo su ventana, desde el 1 de enero al 31 de diciembre, el que aguante allí a 1 de enero del siguiente año sería el candidato digno de su amor. Vino el verano y el calor hizo que la mitad de ellos se fueran, llegó el invierno y sólo quedó uno, ella le miraba y le veía sufrir por el frío y el cansancio del año de espera. El 31 de diciembre el muchacho partió hacia su casa. Su madre le preguntó la causa de su marcha, cuando sólo le quedaba un día para conseguir su sueño:

- Madre; alguien que pudiéndome evitar el sufrimiento no lo ha hecho, no merece mi amor. (cuento de Jorge Bucay).

Evitar el sufrimiento en el otro es el fundamento del amor, del cuidado, de la solidaridad y del respeto hacia esa persona. 

Siempre dije que prefiero que me odien a que me ignoren, no merece la pena dedicar un segundo de atención, a quien no te considera,  a quien le resultas indiferente, a quien sabiendo que demandas su atención ignora esa necesidad. 

Realmente la antítesis del amor no es el odio, es para mi la indiferencia, el olvido, la minusvaloración,  apoyándose en una superioridad moral que etiqueta al otro de indigno de su atención.

Al igual que a la princesa de Bucay le resultó indiferente el sufrimiento del candidato a marido, quien no te considere y  no camine contigo otorgándote la dignidad que te corresponde,  no merece tú atención y mucho menos tú amor. 

Cada uno de nosotros caminamos con nuestra mochila, nuestras heridas como hablaba en el artículo anterior, nuestros miedos, nuestros anhelos; al otro hay que "dejarle ser", en esa libertad que te permite DESARROLLAR TÚ ESENCIA, puede que gustes,  y hay cosas que se pueden cambiar, pero alguien que basa una relación en evitar el conflicto y en decir a todo que sí, no es una relación, es como tener un perro. 

"Ámame cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite"; esa insistencia en "dejar ser" es la base fundamental de la amistad y del amor; además no creo que tengamos que poner cortapisas a la vida; las cosas ocurren cuando tienen que ocurrir, ni un minuto antes, ni un minuto después, y pasan porque tienen que pasar, y cuando terminan porque tienen que terminar, soltemos amarras cuando algo se ha acabado; la mente tiende a no querer perder lo que pensamos que es fuente de placer y felicidad.
 
Con el enfoque freudiano; "El ser humano busca el placer y evita el dolor"; una aseveración simple pero  compleja a la vez, que explica la parte más animal e instintiva de las personas; intentamos huir de lo que nos va a doler, y nos duele lo que rompe con nuestra zona de confort, queremos mantener aquel proyecto de vida por el que hemos apostado, al que hemos dedicado tanta ilusión y tanto tiempo, que ha dejado un surco y un camino hacia el futuro, pero lo más importante es la aceptación de lo que ya se ha terminado, sin grandes anhelos, el dolor es inevitable, no vale decir: "la vida sigue", o más bien no consuela; la vida sigue pero de otra manera; se ha cerrado una puerta pero se abren otras; y el camino continua.  

La mente  trata de mantener la homeostasis; trata de no crear nuevas estructuras cerebrales que impliquen nuevos aprendizajes; el comenzar un nuevo camino, una nueva andadura, una nueva relación, implica novedad, nuevas conductas, que requieren cambios que precisan una adaptación. Nos movemos entre la curiosidad y la fuerza de la ilusión por lo nuevo y el miedo a la novedad que se coloca en una tensa cuerda frenada por el miedo, e impulsada por la ilusión y la curiosidad. La única forma de afrontar el miedo es dejar que te atraviese, que te vea la cara, el miedo se disipa cuando le plantas cara; en palabras de Dostoieveski: "los fantasmas asustan más de lejos que de cerca". Muchos de esos miedos esconden deseos, que si no los cumplimos en el momento adecuado igual no tendremos otra oportunidad, y la frustración y el arrepentimiento será peor que habernos equivocado.

Además de no negar el dolor para afrontar el duelo a una pérdida, es muy importante la actitud, parafraseando a Vicktor Frank; "La última libertad del ser humano ante los acontecimientos", no negar el dolor inevitable ante las pérdidas, pero si usarlo como impulso en esa búsqueda de sentido a la vida. El mismo autor tomando al filósofo Nietzsche comenta en su libro "el hombre en busca de sentido: "Aquel que tienen un porqué para vivir, puede soportar cualquier cómo", cobra relevancia esta cita, especialmente por lo que vivió el Psiquiatra Frank en el campo de concentración de Auschwitz, donde diseño una forma de terapia que llamó "logoterapia", o terapia de búsqueda de sentido a la vida. Este sostiene que el ser humano es capaz de soportar el sufrimiento, siempre y cuando se le de sentido. Dar sentido al sufrimiento con una actitud de crecimiento, aprendizaje, y proyección hacia un presente y futuro nuevo, aunque para no tener una actitud optimista ilusoria, conviene incorporar a la ecuación la aceptación de lo que no se puede cambiar. Tampoco se trata de buscar el sufrimiento, esto es masoquismo, se trata de aquel dolor que nos produce aquello que no se puede cambiar o no está en nuestra mano hacerlo, aceptarlo digerirlo, e intentar seguir viviendo. 

Es oportuno incorporar el concepto de belleza del que tanto os he hablado; de esa belleza que nace del interior, de esa belleza que se percibe cuando te relacionas con alguien que la posee como una joya que brilla en sus ojos, y que es lo contrario a esa fealdad abyecta que desprenden personas, edificios, ciudades, locales, y que te inundan el cuerpo de negatividad; pues bien esa belleza que se relaciona con la bondad y la empatía, y cuando el ser humano olvida  esto se aleja de la humanidad y del concepto de persona, y es entonces cuando aparece la fealdad. 
Pues bien; esa belleza humanista, es el equipaje que necesitamos para relacionarnos con el presente y el futuro, y afrontar el duelo de las pérdidas, con la actitud que proponía la madre Teresa de Calcuta; "que nadie se acerque jamás a ti, sin que al irse se sienta un poco mejor y más feliz"; me parece un buen mantra para meter en esa mochila que hemos limpiado, y como elemento de estilo en esa búsqueda de sentido a la vida. 

Algo que me gustaría incorporar a las relaciones de amor y de amistad es el cuidado del otro; como dije una  de las patas sobre las que se sustenta el amor además de la amistad, y el Erotismo, es el cuidado.

Para mi el cuidado se construye sobre la "relación de ayuda", sobre la que el psicólogo humanista Carl Roger desarrolló sus teorías. Esta relación de ayuda se establece entre dos personas que tienen un vínculo,  que en el caso de una relación basada en el amor se quieren y el cuidado es un elemento de este amor. 

En este cuidado se establece esa relación de ayuda en la que se da y se recibe, esto debe ser recíproco, por tanto a no ser que hablemos de una enfermedad o algún trastorno nuestra pareja, la característica del cuidado de tipo amistoso y amoroso es la RECIPROCIDAD. 

Esta relación; se construye sobre unas premisas fundamentales, muy relacionadas con lo que anteriormente hablaba del "Dejar ser": 
  • Unicidad: Cada ser humano es único, y tiene una serie de peculiaridades que tengo que considerar, igual esto no me gusta, y me tengo que plantear la relación.
  • Autenticidad: el cuidado se da en un contexto de igualdad entre dos seres humanos, un encuentro de igual a igual, en el mismo plano, sin superioridad de ningún tipo por alguna de las partes. 
  • Valoración Positiva Incondicional: Hay decisiones o aspectos que no gustarán al otro, pero el respeto sin juicios de valor es fundamental en la relación de ayuda, puede que atente contra mis valores fundamentales, es entonces cuando conviene hacer las maletas. 
Por tanto es el cuidado del otro, con la relación de ayuda la que complementa los fundamentos de la amistad y el amor; cuidar a alguien que quieres no debe costar, debe salir de dentro, debe ser un honor, y ayudar es apoyar, estar al lado, sorprender, emocionar, hacer reír, proporcionar placer, escuchar, acompañar, etc. 




Por tanto; avancemos con espíritu aventurero, tengamos el espíritu curioso de un niño que empieza a conocer el mundo, limpiemos la mochila que llevamos de nuestro pasado, busquemos a la gente que nos quiere y nos ama por lo que somos, por nuestra esencia, y cuidemos a quien sea digno de nuestro amistad y amor.



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