miércoles, 26 de diciembre de 2018

EFÍMERO PERO ETERNO

Todo es efímero; todo cambia porque el cambio forma parte de la vida. Cambia el hombre: un día es joven, pasa a ser lo que  llaman maduro, y entra sin darse cuenta en el mundo de la vejez. No hay conciencia del cambio. Todo paulatinamente se va modificando bajo la mirada del paso del tiempo. 

Hoy en la calle principal de mi amado pueblo, digo amado porque  todo el mundo que me conoce sabe que adoro a mi pueblo, su calles, sus plazas, sus jardines, su aroma a chocolate con churros, en el atardecer crepuscular de un día de otoño. La hojarasca que se amontona mientras caminas por la calle de la Reina, mientras el sol se despide dejando la huella rojiza que va hacia la noche, y el destello de los guardas con sus linternas que buscan a algún rezagado despistado antes de clausurar  mi amado jardín. 

Pues bien en la calle principal, cerca  del ayuntamiento, me di cuenta de lo que cambia la vida, en pocos años. Vi la tienda que ayudé a montar, transformada en un bazar de chinos, el balcón de la corrala de la casa de mi tía Feli (tía abuela), se hallaba desnudo, sin nadie dentro. Yo siempre observaba desde la cera de enfrente, como no podía ser de otra manera, la luz amarillenta de mi mítica tía agazapada en la silla de mimbre deshilachada, que escondía tras  la ventana. Un sitio privilegiado; mi tía controlaba desde allí "lo de dentro" y "lo de fuera", lo cálido de la casona de Feli, y la apertura al mundo desde la ventana, donde mi tía veía pasar la vida: Los Fernández; la tienda de enfrente, ya desaparecida e imagino que los dueños también. Bajo el balcón: la funeraria varón, siempre cerrada pero con los artículos de venta preparados para ser expuestos y vendidos, deteriorados por el paso del tiempo, en la misma cera la Farmacia de Eduardito, un hombre de dos metros, al que la tía le añadía "ito", no se si como ironía, o porque lo conocía desde pequeño. Pues bien la farmacia de Eduardo ya tiene otros dueños, y Eduardito murió. En la cera de enfrente, en la esquina según nos acercamos al ayuntamiento; la farmacia de "Torito"(un clásico). Al farmacéutico "Toro", le dio un ictus, y camina dificultosamente por las hermosas avenidas del pueblo. 
Zapatería Varón.

Capítulo aparte en la misma acera del balcón de Feli; antes de llegar a la esquina, se vislumbraba la "zapatería Varón"; una de las primeras tiendas de Aranjuez, y sobre todo la primera zapatería de la ribera del Tajo; un clásico. Sus escaparates decimonónicos llenos de espejuelos clásicos, vieron nacer al siglo XXI. En la guerra los Rusos, contaba mi tía, eran usuarios del comercio. El abuelo de mi tía lo fundó, su padre le dio continuidad, y con la muerte de mi tía luisa (hermana de Feli) murió la zapatería, para transformarse en una moderna óptica llena de luz y modernidad. Allí mi tía Luisa vivió el noviazgo mas largo del mundo; unos 50 años de novios, con la ilusión del primer día. !Qué cierto! mi admirado Vicktor Frank, cuando dice que la clave es dar sentido a la vida; El sentido de la vida de mi tía era esa zapatería, o más bien la trastienda donde recibía a su amor, su ilusión, o lo que fuere, cuando la tarde caía, y degustaban una merienda sencilla pero llena de magia para ellos, a base de pan, embutidos, sardinas de lata, un tomatito, eso si de Aranjuez, y una conversación alargada sobre fulanita o fulanito, quienes casaron a la hija con un Marqués, o los vecinos de enfrente que se les vio paseando al perro quien se desahogó dejando un "mojón" a la entrada de la tienda. En fin historias de la trivialidad del entorno; la crónica de un Aranjuez caduco que esperaba nuevos tiempos. 

La Favorita: La tienda que fundó mi abuelo Mariano, que luego fue Mimo¨s
Mi tienda, digo mi tienda porque aunque era de mi madre, la considero como si fuera mía, se situaba entre la funeraria, y un comercio de muebles y adornos clásicos que se llamaba "El Bazarico". Daba gusto ver las antigüedades barrocas, isabelinas, de madera buena, que se amontonaban en el bazar. Entre medias, como decía, la antigua favorita, se transformó en la tienda Mimo's, una tienda de niños donde vendíamos de todo para el Bebé; cochecitos, tronas, vestidos, pijamitas, biberones, chupetes, y todo lo que se puede necesitar en esto de la crianza de niños. Era un punto de encuentro, un centro social donde acudíamos todos en busca de llenar el tiempo, de encontrar a alguien con quien ir a tomar un café, un refugio que daba acceso a la casa de Feli. Subir arriba era una experiencia religiosa, espiritual, mítica: Mi tía era una gran conversadora. recuerdo con nostalgia los relatos que no le gustaba contar, sobre la guerra civil, pero que a mi me fascinaban: Me hablaba de la Checa que había en la casa de Atarfe (cerca de su balcón), donde contaba la tía torturaron a una mujer, y ella recordaba sus chillidos.  También me contó una matanza que hicieron en el campo de Aranjuez, y uno de los supervivientes que fue herido en el cuello, años después sacando al cristo en procesión se golpeó en el cuello, empezó a sangrar y murió frente a su balcón, en fin multitud de historias que algún día escribiré, despachaba ante mi presencia, gozando mi mismidad de su ilustre narración. 

Tío abuelo Paco, hermano de mi tía Feli, amigo
de Jose Luis Sanpedro

Capítulo especial tiene el bueno de Jose Luis (Jose Luis Sanpedro): Fue compañero de estudios de mi tío (abuelo) Paco, desaparecido en la guerra civil. Jose Luis, salió de Aranjuez al comenzar la guerra. Siempre he pensado que mi tía andaba enamorada de Sanpedro. Se movía en esa ambivalencia que tenemos los seres humanos:El respeto y admiración a su persona y a su obra, de hecho me regaló la colección de sus libros firmados, y el resquemor de que era  republicano. Mi tía era una gran Franquista, digo gran no por hacer apología del régimen, sino por la firmeza con la que defendió sus ideas, conservadoras, probablemente equivocadas, pero firmes y coherentes. Digamos que esta era la muestra racional, la verdad es que yo siempre he pensado que ese rencor amoroso procedía de sus sentimientos más profundos, que se quedaron en puertas por su marcha. 

Sorprendente; acaba de llegar mi madre. Y me acaba de soltar, que hoy es el séptimo aniversario de la muerte de mi tía abuela Feli. No tenía ni idea. Me puse a escribir como consecuencia de un paseo por mi pueblo del paso del tiempo, y el espíritu de mi tía se apoderó del duende de mi escritura. 

Tía abuela Feli de Joven. 

Estoy impresionado; impresionado porque el paso del tiempo se lleva la materia, se lleva los cuerpos, pero el espíritu incandescente del alma de mi tía, está aquí con nosotros, prueba de ello lo que os acabo de contar. 

Todo es efímero menos el alma de los que colonizaron un día nuestra mente, con sus palabras, sus historias, sus ideas, sus valores, su cariño, sus gruñidos, sus rarezas, y su olor a vida como ella lo entendía, pero vida. 

Donde estés,  recuerda que hoy estuviste en tú pueblo, en tú balcón, y te metiste en mi para escribir este relato. Besos llenos de vida, querida Tía Feli. 

1 comentario:

  1. Gracias tía Feli por tus lecciones de vida, gracias tía por ser ejemplo vivo de la unión de la familia, gracias tía por existir.

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