sábado, 5 de agosto de 2023

MIRADAS PARALELAS

 

La distancia era muy corta, ascética, de las que relajan, de las que proporcionan calma, pero no era la distancia lo importante; más bien lo que transmitía era la clave de su belleza, una belleza sublime que abrazaba el espíritu de un mortal que desde que estaba en este mundo no había sentido nada parecido; esta reflexión me devolvió al pasado, pero no paré un instante allí porque realmente el sol sólo se pone en el presente; el pasado sólo es efectivo para aprender. 
Ella despertaba mi admiración; ya lo he dicho por activa y por pasiva: "se puede admirar a alguien sin amar, pero no se puede amar a alguien sin admiración";  esa admiración que nace de dentro y que pone la "piel de gallina", que sobrecoge, que nos estimula para comer a besos a esa persona que representa el ideal de mujer luchadora, inteligente, sensual, femenina; una mujer que no es femenina no despertaría mi admiración, la admiración parte de una estética cuidada, coqueta, tierna, alguien que estimula mi instinto, provocando querer cuidarla hasta el fin de mis días. La estética refleja una ética que contiene  bondad, en esa bondad descansan los sentimientos más puros, los que proceden del alma.
Esa admiración compartida estimulaba mi rostro, cuando el argumento más sólido para defender su bondad, era precisamente la atracción que múltiples personas de su entorno sentían por ella; Esta reflexión me llevó a una dialéctica racionalista de base; " si tanta gente la adora, si todo el mundo quiere su amistad, su cariño, su escucha", es porque yo estaba en lo cierto; es una "buena persona"; nadie quiere ser amigo de una mala persona, nadie acude buscando escucha y cariño a alguien que no lo sabe dar. Lo bueno y lo malo no es relativo, aunque pueden existir condicionantes psicológicos, culturales, e incluso contextuales que matizan el concepto, pero estaríamos en el campo de la acción, y la situación; pero yo me refiero al "ser", no al "tener"; lo que hay dentro es fuera decía Erick Fromm; y dentro de ella había una amalgama de valores humanos que la hacían especialmente sensible al sufrimiento del otro; aunque aprendió a ser fuerte y entendía que la sensibilidad manifiesta expresaba "debilidad", y es cuando  se ponía el caparazón protector y huía de ella; esto no era así con su amor, con quien la libertad de sus ojos le hacía desplegar una marea de emociones positivas que provocaban paz, calma, pasión, alegría, y ganas de caminar hacia un nuevo futuro.                                                     
El mar representa la inmensidad, la calma, la paz, el origen de la vida, el sentido de la armonía del sol y el agua, y la sal. Todo en un perfecto equilibrio en el que los órganos de los sentidos se estimulan por todas partes; ella me provocó una reflexión sobre el gusto, el olfato, la vista, y el tacto; y el mar donde ella se encontraba era un espacio propicio para ello; puestos a no querer elegir; pensé en lo que ella me transmitía; su contoneo, su elegante caminar, y el baile de su vestido ante el movimiento de su pelo; me dejaba en un estado de obnubilación manifiesta, que combinado con un rostro permanentemente sonriente que se instalaba en mi cara, me llenaba de felicidad. Me encontraba con algo que era la antítesis de la indiferencia, algo que me hacía ver que realmente era el amor de mi vida; como yo solía decir; "Si su alegría no te alegra, y no te conmueve su sufrimiento"; estas ante lo contrario al amor; "La indiferencia". Ella me provocaba todo lo contrario, me hacía sensible a todo lo que ella sentía, con reciprocidad al respecto; ella me daba tanto y más de lo que yo le daba a ella.
El tacto era suave, mis manos se deslizaban por su cuerpo pasando por cada poro de su piel completando la estimulación visual con una energía sensual que electrificaba mis sentimientos, y me llevaba al olfato que provocaba el aroma de su cuerpo, que hacía de su perfume un olor propio (my way), a su manera; sin límites, con voz única, con la esencia estrepitosa de una mujer apasionada por la vida, y por mi persona, por no hablar del sabor de su cuerpo; es sin duda mi mejor plato; nada sabe mejor que su boca. Esto me hacía pensar en que estaba sin duda ante la mujer de mi vida.  
- Amor; ¿qué es para ti la libertad?- Ella lanzó esta pregunta porque el mar le llevaba a ese concepto ilimitado de la inmensidad del océano.
Walter pensó unos segundos, no esperaba esa pregunta, y tras un silencio ensordecedor, siempre dijo que: "si hay algo que no puede mejorar el silencio no lo rompas".  Pues bien rompió el silencio con un alegato de sensaciones basadas en los sentimientos que Mary le provocaba.
- Hay dos conceptos básicos de base en el ser humano; uno es la Vida; sin vida no hay nada, y otro es la libertad; el hombre es un ser libre fuera de toda venta y de todo comercio como decía Kant, y es necesaria la libertad para expresar la esencia de cada uno de nosotros. Siempre he dicho que hay que "dejar ser",  ahí existe  un riesgo y es que la esencia de ese ser humano no te guste, pero aquí hace falta un realismo atroz; cada uno debe manifestar su yo y quien te quiera te querrá de esta manera. El amor sin libertad no es amor; para amar hay que ejercer la libertad; "aunque estoy feliz solo, prefiero estar contigo, mi felicidad se potencia mucho más", eso es para mi la libertad Mary. 
Alguna vez he dicho que la libertad se ubica en el amor, solo lo digo porque para amar hay que ser libre y si amas siendo libre, eres doblemente libre. 
- Cariño; ¿Dónde están los límites de la libertad?-, preguntó ella intentando completar el concepto.
- Esto ha sido controvertido en la historia de la filosofía e incluso de la psicología que deriva de la misma; creo que hay una frase del juramento Hopocrático que delimita muy bien el espacio de la libertad; "primun non nocere", al menos no hacer daño, claro no hacer daño conscientemente, a veces ese ejercicio de "dejar ser", produce efectos nocivos en el otro sin buscarlo, pero no entraré en debates demagógicos. Para Jean Paul Sartre la libertad es el ejercicio de la "Autenticidad", con las consecuencias que puede haber, de ser responsables, de vivir como nos pide el cuerpo. Este filósofo no incorpora el rostro del otro como elemento limitador de la libertad aunque se haga daño consciente. Mi amor; me gusta más el modelo humanista; donde la autenticidad se entiende, concretamente el Psicólogo Carl Roger entiende este concepto; como el encuentro desde dos seres humanos sin distancia, desde la igualdad ontológica del alma, un encuentro entre dos personas que se necesitan, y que el "dejar ser", como modelo de autenticidad, siempre contemplará antes el "rostro del otro". 
Como decía la distancia era corta, muy corta, entre el uno y el otro no había distancias, tan solo la necesaria para preservar su autonomía y su individualidad, pero lo demás no tenía límites. Importaba mucho el rostro de mi amor, es la auténtica locura de mi despertar, de mis días de mis noches, por quien mi vida es un paraíso inundado de ella, donde el sol se ilumina con su rostro, y donde la oscuridad se hace luz perfumada a su manera (my way). 
- Sabes; eres un persona altamente sensible, te afecta tanto el rostro del otro, que empatizas de forma completa con el que sufre, con el que llora, pero esto no es malo, no te hace más débil, te hace más inteligente, te llena de ternura. 
- No estoy segura de esto, solamente se lo que siento, y es ahora cuando disfruto de estos sentimientos, y los expreso sin ninguna censura contigo. 
Un  paisaje frondoso con gran variedad de árboles, arbustos y flores, creaban una magia especial; llena de belleza armónica  marcaba cada vez una distancia menor entre ellos; de repente pararon en el centro de aquel conglomerado de naturaleza y sonidos de los pájaros  que a modo de coro les acompañaban en el paseo, el pasó sus brazos por encima de su cuello húmedo por el calor, la atrajo hacia su pecho y suavemente la besó tomando entre sus labios el labio inferior de Mary, quien sintió una descarga de adrenalina que partía del centro de su cuerpo con rumbo a su cabeza, la amarró bien conectando todo su cuerpo con los vericuetos de su anatomía; eran como dos piezas de un puzzle, perfectamente encajadas, ellos conectaban muy bien, estaban hechos a medida para unir cuerpo y alma. solaparon sus labios perfectamente, ella también besaba muy bien, su boca era una fuente de pasión que transmitía en cada beso, un fuego tierno e intenso que a walter le encantaba. Cuando despegaban sus labios para respirar ella  emitía un gemido hacia dentro, que levantaba subitamente la pasión de Walter, que ya era de base bastante alta . Los dos se encontraban tan bien juntos, tan en paz; era como la unión perfecta  que les hacía sentirse en calma, pero a la vez estimulados por la tranquilidad que  cada uno de ellos estaban esperando desde hacía mucho tiempo. La tensión amorosa se acumulaba en cada gesto, en cada mirada, en el olor que siempre desprendía ella de su perfume mezclado con el aroma propio a frutas tropicales de su cuerpo.
- Amor he decirte algo-, espetó Walter en un respiro...
- No he sido el primer amor para ti, pero espero ser el amor eterno que acompañe tus días y tus noches.
- ¡Ójala!.
- ¿Crees en el amor eterno?-; walter emitió una de esas preguntas grandilocuentes, que le hacían pensar a ella.
- Verás; seguro que si, y ahora más que nunca puedo decir que el amor eterno, que consiste en la unión física y espiritual, la unión substancial de cuerpo y alma. La verdad es que tengo que decirte que si creo. 
- Es difícil que no te falte nada en una relación, pero la idea  basada en que el hombre es un ser permanentemente insatisfecho, no es real; a mi me completas, me estimulas, me das luz, energía para levantarme por las mañanas, no hay nada que pueda añorar, todo lo contrario, estoy completo, existen otras personas y proyectos que dan sentido a la vida; familia, amigos, planes profesionales, pero como te digo siempre "You are my only one", y eso me hace no pedir nada más a la vida. 
Continuaron con el beso, cada vez más intenso, como el preámbulo de algo que culminarían en la casa. estrecharon sus manos muy fuerte, y amarraron de nuevo sus labios, su lengua se encontró con la de ella en una cita buscada y que les llevaba hasta lo más alto. Se abrazaron muy fuerte, sintieron ambos esa seguridad que te otorga la certeza de estar ante el amor que siempre habían buscado.
El amor es así, repentino, irreverente, transgresor, maravilloso, desmesurado, intenso, y todos estos  ingredientes formaban parte de su relación; una relación que se encontraron desde el primer momento, desde el primer beso, desde la primera vez que se cogieron la mano, desde el primer minuto en el que se vieron supieron que estaban ante la historia de amor más importante de su vida.       

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