-La soledad no me da miedo, me aterra el fracaso, me das miedo-, susurró ella mientras atravesaba con su intensa y dulce mirada al que sin duda era su gran amor.
A veces estas cosas se saben, no sabes porque las sabes pero son constructos intuitivos que con certeza lideran tú vida. Lo que no puedes explicar no te empeñes en explicarlo. Todos sabían que Gael y Rita se amaban con locura, no había ninguna duda, pero es cierto que los miedos, esos miedos que en el fondo esconden deseos, habían sido el denominador común de los últimos tiempos de sus vidas. Probablemente también la desconfianza era otro de los contenidos que alteraban su relación.
La realidad es que ambos sabían que el uno estaba hecho para el otro, existía una conexión tan mágica, que sentían la electricidad de su piel cuando estaban juntos, se conocían bien, se adoraban, ambos se admiraban. Cuando no estaban juntos, Rita recordaba algo que le dijo una vez Gael:
- Rita; somos almas gemelas, ya sabes lo que pienso de las personas que te llegan al corazón, y tú has llegado hasta mi alma; como te decía estas personas colonizan tú cerebro y viven allí contigo, de modo que te salen sus palabras, se proyecta su olor, sus pensamientos, su sensibilidad, no es necesario estar juntos para esto, y es algo que no se puede evitar. Podemos optar por no estar juntos, pero sería un error, perderíamos lo mejor de nuestra vida, lo que nos queda por vivir, una relación intensa, madura, llena de alegría y de vida-
Sus palabras a Rita siempre le hacían pensar, le daba vueltas hasta estrujar su significado, pero había un axioma de Gael en el que se había equivocado rotundamente, y ahora el lo sabía, y siempre que lo usaba últimamente matizaba su valor absoluto; el decía que "nada es para siempre"; ahora sabía que había cosas eternas como el amor que sentía por Rita.
- Rita; yo te amo y tú me amas, y esto no puede cambiarlo nadie, ese es un valor eterno, siempre te amaré Rita, estés conmigo, estés presente o no. Hay cosas que no se pueden cambiar, y para qué preocuparse de las cosas que no se pueden cambiar, y ni siquiera dependen de ti.
A esta cuestión es a la que se refería Gael, cuando hablaba de valores eternos y absolutos, que no se podían relativizar.
- Gael; yo también te amo con toda mi alma, pero tengo miedo de ti, o de mi, o de los dos, no se ya muy bien que es lo que me pasa, me gustaría entregarme en cuerpo y alma a ti, pero tengo miedo a sufrir más, no me quedan más lágrimas.
-Rita; hay algo que te quiero decir; eres la belleza, la ternura, la misericordia, el amor, la higiene, la prosperidad, y la esperanza. Son ingredientes de tú persona de los que no te puedes librar. Siempre dije que la antítesis del amor no era el odio, sino la indiferencia, ser indiferente a lo que siento por ti me mataría, me condenaría a la melancolía crónica hasta el final de mis días, debes saber que no puedo hacerlo; !lucharé por ti!, espero que tú no te rindas. No toda la distancia es ausencia, ni todo silencio es olvido-, espetó Goel con una clave más para hacer pensar a Rita.
Rita reflexionaba sobre la última frase de Gael, porque el nivel de conexión que tenían los dos les permitía tocarse los pensamientos comunes. Los dos sabían que no se podrían olvidar, que estaban hechos el uno para el otro.
Rita le había dicho una frase providencial que el llevaba en su mente y no podía olvidarla:
- Gael; lo que yo tengo contigo no lo podré tener con nadie, esto es especial, único.
- Se que te da miedo de volver a lo mismo; no tengas miedo mi vida; todo es diferente, los dos hemos aprendido mucho, cuando alguien te falta, cuando además es el hombre que más has amado y amas, y siempre le amarás, no tienes más remedio que aprender; una persona inteligente aprende de los errores, saber cuidarte, respetarte, darte el lugar que mereces será la misión de mi vida-. Estas cosas eran las que tenía Gael, era una persona que le costaba superar sus fantasmas, pero cuando los enfrentaba, les plantaba cara, aprendía de la experiencia y nunca más volvían a él.
Siempre viví buscando
No se puede vivir así
Buscas para encontrar:
A ti ya te encontré, y se hoy que era lo único que buscaba.
¿para qué buscar más?.
El amor sólo se encuentra una vez.
No puedes dejarlo escapar.
Si se aleja, búscalo, espéralo con paciencia.
Si sois almas gemelas volverá a ti antes o después.
Te esperé siempre, te espero, y te esperaré toda la vida.
Para Rita, el amor de mi vida.
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