Cuando admiras a alguien para ti es como una joya valiosa que quieres conservar, como esa persona que te aporta y te acompaña en tu vida, y sabes que es lo mejor que te puede pasar, no tienes dudas, y es difícil no tener dudas, tienes la certeza de un valor eterno que lo has sentido, lo sientes y siempre lo sentirás, y esa es mi admiración por ti.
Te admiro por lo que eres; es un valor del ser, no del tener, es tú espíritu al que admiro; tú ternura, tú pasión, tu ingenua mirada, tú rebeldía, y algo muy importante y muy pragmático: "el arte ante la vida"; ¿cómo enfocas los problemas?, le das la importancia justa, ¿cómo disfrutas de las pequeñas cosas?, he aprendido mucho de ti, ¿cómo reflejas tu interior en el arte pictórico?; me emociono viendo las miradas de tus rostros, mejoras el mundo haciendo más intensa la belleza de las figuras que creas, del universo que recreas cuando lo pasas por tú interior. Toda la estética que se te la debo a ti, lo tienes claro y además para mi es dogma de fe; un color, un lugar en el espacio, una distancia, la importancia de ser bella por dentro y por fuera, te permite ser la estética por excelencia, nunca he visto nada igual, pero detrás de la estética te debo mi ética.
Ante tú rostro me sobrecojo;
me siento con calma, seguro
No necesito esforzarme para que me entiendas.
Sin palabras me comprendes.
Dibujamos juntos un espacio común, privado, solo para los dos:
de respeto, de admiración, de saber que tanto para el uno como para el otro:
Somos joyas únicas que no podemos perder nunca.
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