domingo, 22 de abril de 2012

OPTIMISMO Y VIDA



Niña con Fusta de Renoir
Ante la adversidad o el éxito en la vida, la interpretación del sujeto y la afectación del acontecimiento vivido, puede recibirse  de maneras diversas en función del enfoque optimista o pesimista que se le dé:
Para el psicólogo Martin Seligman, hay tres aspectos relevantes en la recepción de un acontecimiento:
1. Permanencia del impacto: La duración en el tiempo del efecto que ha tenido un acontecimiento
2. Extensión o penetrabilidad de los acontecimientos: El calado en la persona, el efecto que ha tenido en la persona, donde la capacidad para superar el impacto de los acontecimientos es importante, véase el concepto de resilencia como capacidad para superar traumas.
3. Personalización: La culpa que nos echamos de los acontecimientos vividos, o la tendencia a culpabilizarse de los acontecimientos negativos.
Lo que me parece importante por el impacto que tiene en la vida es que la mentalidad optimista; trabaja con el mensaje mental de que nos irá bien y nos preparamos para ello; es decir tomamos decisiones movidas por la fuerza de la esperanza que nos da este tipo de mentalidad; sin embargo el pesimista piensa que le irá mal, y también se prepara para ello. Se asume el fracaso y por tanto esta falta de esperanza inmoviliza al sujeto.
No obstante, el “optimista ilusorio”,  el que no ve riesgos ni amenazas, y no se prepara para el fracaso, puede ser tan terrible como el pesimismo crónico. Imaginaos el “efecto  avestruz”; Si un león corre tras el ave, esta mete la cabeza bajo la tierra y así cree que evita el peligro. La actitud optimista más adecuada es aquella que nos prepara para lo mejor, pero también para lo peor; pero por esto no nos impide actuar e intervenir en el control de la situación.
Otro elemento importante en el optimismo, es la autoestima: Una potente autoestima protege del hundimiento ante la adversidad. Es necesaria una opinión positiva de uno mismo para tener una óptica optimista de la vida. Los niños que escuchan a sus padres dar explicaciones positivas de los acontecimientos, tienen tendencia a interpretar los hechos de forma positiva. El profesor de psicología de la Universidad de Michigan Christofer Peterson, afirma que las explicaciones que dan los niños menores de 12 años coinciden con las explicaciones que dan sus progenitores.
Por tanto el efecto ambiental tiene mucha importancia en la percepción optimista de la vida, aunque también existen condicionantes genéticos que  conducen a determinadas personas a deprimirse más en situaciones de estrés; este es el caso de los que portan la versión corta de un gen implicado en el transporte de serotonina cerebral, descrito en 2003 por Avshalom Caspi y Terrie Moffitt.
Otro elemento a considerar, más de tipo sociocultural que psicológico, es la tendencia de determinadas civilizaciones en transmitir una visión más optimista o pesimista de la vida. Ed Diener, profesor de psicología social de la ciudad de Illinois encontró una importante relación entre el optimismo y el grado de libertad y democracia de los países. Su conclusión más clara fue que los sistemas democráticos generan contextos sociopolíticos donde  el optimismo fluye con mayor facilidad, frente a sistemas dictatoriales que predisponen a interpretaciones derrotistas de los acontecimientos.
Conviene hablar de depresión como uno de los trastornos  que  condicionan de forma importante la visión optimista de la vida. La depresión cubre de negro la esperanza en un futuro mejor, nos invade una desesperanza que nos hace perder el sentido del humor, la alegría de vivir, el disfrute de actividades placenteras. Además la depresión impide la comunicación y sitúa al sujeto en un estado de aislamiento  que afecta a las relaciones sociales, por no considerarlas como fuente de placer. Una consecuencia grave de este pesimismo maligno; es el suicidio.
En cualquier caso; podemos alimentar con conductas concretas las emociones positivas.  Las pequeñas cosas como mantener una buena conversación: Existe un vínculo muy intenso entre las palabras y las emociones; nos permite desahogarnos y expresar las cosas que nos preocupan. Emitir nuestros pensamientos con personas queridas o apreciadas para nosotros es una actividad muy gratificante y placentera que nos produce emociones altamente positivas.
Mujer Sentada de Picaso
Las relaciones de todo tipo, familiares, de pareja, de amistad que manejan un estilo optimista tienen una mayor estabilidad y duración que las que usan un estilo pesimista, aunque el estilo optimista no rechaza la aceptación de las cosas inmodificables o que nos suponen un esfuerzo tan grande cambiarlas que optamos por no tocarlas. El optimismo no es pasivo; moviliza los recursos necesarios para controlar y modificar situaciones sobre las que podamos intervenir.

Un elemento en las relaciones optimistas es el perdón. El rencor inmoviliza y paraliza al ser humano en su pasado más reciente, por eso perdonar como pasaporte de la ilusión y la esperanza en pasar página e iniciar una nueva vida son acciones típicas del modo de vida optimista.
Para terminar me gustaría resaltar uno de los elementos más relevantes que cobran un mayor sentido cuando aparece la adversidad: Se trata de la esperanza. Nos mantenemos con ánimo gracias a que tenemos la esperanza de que lo que está ocurriendo pasará y vendrán tiempos mejores. La fe es un instrumento que imprime un valor añadido a quien la tiene, es un factor que da fortaleza ante la adversidad, es factor de protección del suicidio, un elemento de contención de ansiedad ante el vacío nihilista del fin. El optimista siempre mantiene la esperanza en que lo que vendrá será mejor.

martes, 17 de abril de 2012

MI COCINA FAVORITA III: EL DULCE CAMINO DE LA VIDA.

Palma de Mallorca 1999
En el horizonte soplaban vientos arremolinados, la luz intensa pero nacarada por el salitre yodado impactaba en el  lacónico rostro difuminado de mi conciencia. Por un momento pensé que me encontraba en el mar; tenía esa intensa sensación de relajación que me produce el caminar por la arena de la playa en un atardecer de verano, rodeado por  el  golpeteo de las olas al chocar con los pies descalzos del paseante.

Perdí la conciencia; en realidad mi cuerpo se encontraba sentado en el templo de "Mi Cocina Favorita"; en su comedor, rodeado de mis admirados amigos, donde el tiempo pierde su significado, donde la emoción se desliza por el alma del visitante y rodeado de bienestar, te deleitas con una interesante conversación , sobre cine, viajes, gastronomía, etc.
Degustaba unas gloriosas torrijas; empapadas de cariño, suaves como ellas solas, disparando una amplia gama de sensaciones en mis papilas gustativas, que me hacían recordar mi infancia: Al final somos el recuerdo que nos queda: Comparamos caras, gestos, sabores, olores, tonos de voz, y los pasamos por el filtro subjetivo de la memoria, que es quien emite un juicio del bienestar o malestar que nos provocan los estímulos.
Yo me encuentro bien en la cocina porque la nostalgia llena de olores  y sabores culinarios, estimula mi espíritu infantil, y transforma mi conducta en un niño juguetón y travieso; ¿A quién no le gusta volver a la infancia?. Pido perdón a "mi cocina favorita", por si en algún momento, fruto de la emoción, la pasión, y el juego, ofendo a algún miembro o miembra de la cocina, no es mi intención, pero comprendo que no a todo el mundo le gusta jugar, le gusta la ironía, le gusta verse en el objetivo de la cámara del observador itinerante.

Las emociones diversas que fluyen y se disparan cuando me encuentro con mi cocina favorita, son el resultado de estar  en una organización que presta un servicio complejo y difícil. Las organizaciones contienen una parte racional donde se encuentra el cerebro matemático, el lógico, donde están las normas, conocimientos, etc. , y otra parte emocional bañada, como las torrijas, de un caldo que penetra en nuestros  sentimientos más primitivos: miedo, angustia, dolor, desagrado, amor, ira, etc. Es en este contexto donde se recrea nuestra conciencia, y donde los grupos configuran su dinámica. Cualquier elemento nuevo, aunque sea  constructivo para el grupo, provoca un desequilibrio que requiere una adaptación para asimilar la novedad: En principio todo cambio genera ansiedad, y esto requiere digerir las emociones, y devolverlas al grupo procesadas para evitar la percepción de una amenaza para la supervivencia y dinámica de los miembros.

A   veces pienso que los habitantes de mi cocina favorita,  no son reales, que son el fruto de mi imaginación, que son personajes de una novela que estoy escribiendo y que en realidad  me dominan; porque amigos míos...Todos tenemos adicciones; y yo soy adicto a mi cocina favorita.

sábado, 14 de abril de 2012

MI COCINA FAVORITA III: LA MANZANA DE ROSE


Bebedora de absenta, Picaso, 1901.

Tomó su manzana con un movimiento suave y armonioso de su ocultado hombro, aprisionó la redonda y brillante fruta entre sus habilidosas y delicadas manos, y comenzó la operación que a menudo hacía en la “mesa de desahogo”. Un esculpido y diminuto cuchillo, que mis queridos y admirados habitantes de mi cocina favorita denominan puntilla, se deslizaba por la epidermis de la  invadida manzana por  “la gran Rose”.
 La puntilla depilaba la piel con un paso rítmico; el crepitar de la pulpa al separarse de  su cobertura, emitía una melodía que penetraba en mi oído interno y comenzaba  a sentir una sensación de paz interior que endulzaba mis emociones y las colocaba en un estado de sofronización ligera, que hacía sentirme plácidamente relajado y feliz.
La afilada cuchilla no paraba de bordear los vericuetos redondeados de esa obra de arte, y configuraba unos canales redondeados, construidos restaurando y eliminando toda arista que impusiera una imagen antiestética  de la esculpida manzana. Es un alivio saber que el proceso dura como mucho un par de minutos, porque de no ser así caería hipnotizado en la mesa de desahogo, ante la bochornosa situación de tener que ser reanimado por los miembros de mi cocina favorita.
Aquel acto terapéutico me hizo pensar y confirmar mi creencia cada vez más consolidada, en que es más interesante el individuo que el grupo; es importante conocer a los grupos en los que la individualidad se diluye para formar parte de la masa que cumple una función bien sea emocional, social, laboral o todas ellas a la vez; pero cualquier influencia externa en la que se ponga de manifiesto las peculiaridades personales de algún miembro, dispara las emociones que habitan en nuestro mundo interno y subconsciente, y aparecen proyecciones emocionales en forma de alegría, envidia, angustia, desagrado, desesperación, e incluso odio contenido.
Me conmocionó Rose con la simbología estimulante de los instintos más profundos del grupo, más reptilianos, más animales, con aquella escultura que configuraba en aquella mesa de encuentro, mientras mi mirada se deleitaba admirando las cualidades creadoras de mi admirada amiga;  y las miradas del grupo invadidas  por la sorpresa, de mi tendencia a destacar nimiedades en las que ellos nunca habían reparado.
Una vez una luciérnaga que era perseguida por una serpiente, cansada de huir, se paró y le dijo: -¿Por qué me persigues si no formo parte de tú cadena alimentaria?-
- La serpiente sorprendida, le dijo: quieres saber porque te persigo de verdad: “simplemente me molesta que brilles”-
Pues bien, en los grupos las personas que brillan y eclipsan a los demás o al menos el grupo lo percibe así, pueden ser condenadas al ostracismo, pueden ser perseguidas y desprestigiadas pues su presencia se vive como una amenaza para el individuo y para el grupo; es fundamental que los líderes protejan a las personas creativas y brillantes, y se trabaje la envidia y las emociones derivadas que provocan y que afectan a la dinámica del grupo, depurando los efectos tóxicos, y entregándolos  al grupo como herramientas constructivas.
Al final en la mesa de desahogo, la manzana curvilínea era devorada bajo los labios de la gran Rose, mientras entendía que las emociones negativas causadas por mi osadía en admirar  la escultura de mi amiga, eran digeridas en el estómago pausado e inteligente de mi cocina favorita.

lunes, 9 de abril de 2012

LAS SUJECIONES DE PETER


Frida Kahlo, La columna rota 1944

Alguien dijo: “Estoy en una prisión, atrapado”, “Como un pájaro enjaulado”, “Eso es para los locos y yo no estoy loco”.  A un familiar se le oía en el pasillo del geriátrico comentar apesadumbrado: “Ella no ha hecho nada y le han atado”. Una mujer de unos sesenta años “lloraba y decía sentirse culpable de la sujeción de su madre”. Un señor trajeado con aspecto de abogado lanzaba un alegato a la directora: “Lo peor  son las formas: Entraron, pusieron la sujeción y no dijeron ni una palabra”, mientras tanto alguien pedía que le quitaran esos grilletes;  prefería morir que seguir así ₁.
En el salón de actos del Centro Gerontológico Universitario de Filadelfia; el Profesor Carlson definía las sujeciones Físicas como: “Un método que limita la libertad de movimiento, de no fácil retirada”, y las sujeciones químicas como: “El uso de drogas psicótropas para controlar una conducta molesta, que no tiene su base en un desorden psiquiátrico”.  
Un alumno un tanto avispado que estaba cursando estudios de Psicogeriatría desde hace unos meses, reflexionaba en la fila uno del salón, de forma casi verbal con su gesticulación sonora: “¿Limitar la libertad de alguien?, ¿Imposible de retirar?, ¿Drogas para controlar conductas molestas?...
En el tiempo que llevaba en el centro había visto el uso de estos métodos, y nunca había reparado en ellos de esta forma tan intensa; formaban parte del paisaje habitual que desde que había llegado allí tuvo que interiorizar, es cierto que al principio comentaba con sus compañeros de máster, el uso a veces injustificado de estas sujeciones, pero siempre le decían: “No estamos aquí para cambiar nada, estamos para aprender”. Pero Peter había adquirido desde pequeño  un espíritu crítico, y preguntaba a las enfermeras: ¿Por qué sujetáis a esa señora?; había respuestas para todos los gustos: “Lo prescribió el médico”, “Lo hemos decidido en el equipo”, “Es por su bien, para evitar que se caiga”, “Quiere su familia”, “Es agresivo y si no pega a la gente”, “No para de moverse”.
El profesor Carlson seguía dando datos de las sujeciones en Centros de Cuidados de Ancianos de  otros países: “En Dinamarca su uso es del 2,2 %, frente al 16,5 en USA, y en países como España llega hasta el 39,6 ₂.
Peter ensimismado en su introspección pensaba: “Esto quiere decir que en Dinamarca 2 ancianos de cada 100 son contenidos, y en España casi 40: “¿Podríamos decir que es mejor  envejecer en Dinamarca que en España o en los Estados Unidos?. Digamos que la filosofía central que guía la asistencia gerontológica es:<Autonomía y dignidad en la vejez>: Por un lado se impide la autonomía que es uno de los grandes paradigmas de la calidad de vida, y por otro lado se degrada al ser humano privándole de su libertad de movimiento y de acción”.
 Carlson esgrimía aún más argumentos para que Peter cuestionara la legitimidad moral y la eficacia de estos métodos:
1. El  argumento que con más frecuencia se usa para justificar  las sujeciones son las caídas ₃
2. Evidencias cada vez mayores demuestran que reduciendo el uso de sujeciones no se incrementan las caídas ni lesiones ₃
3. Las complicaciones que producen son: alteraciones metabólicas, hipotensión ortostática, pérdida de masa muscular, tono, y masa ósea, contracturas, edemas, favorece caídas, estreñimiento, incontinencia, aspiración, neumonías, embolismo, UPP, anorexia. Por no hablar de las consecuencias psicológicas como agitar mucho más a pacientes agitados, pacientes que se sienten humillados por verse tratados como niños sin control y sin entendimiento, refieren sentimientos que van de la ira a la desesperación, y efectos duraderos de depresión y aislamiento social₄.
Peter no entendía nada: Tener un dispositivo que se usa para controlar algunos riesgos que no previene como las caídas, de nula efectividad terapéutica, y a la vez que produce efectos tan nocivos como úlceras en la piel, neumonías, embolias, depresión y aislamiento social: Cualquier principio activo  farmacológico de este estilo, se hubiera retirado de por vida.
 Mr Carlson relataba la mortalidad registrada por el uso de sujeciones. Presentaba un estudio de la Universidad de Minnesota en el que describían 122 muertes de pacientes que fallecían por quedarse colgados de la cama con la sujeción puesta   o en silla₅.
Peter pensó en un frase muy repetida en entornos relacionados con el cuidado: “Curar, a veces mejorar, cuidar siempre”: Estos métodos no curan, no mejoran sino empeoran y no cuidan, sino que más bien descuidan. Puede que me este pasando pensó Peter; pero me gustaría saber si la privación de libertad de un ciudadano por muy demente que sea o por muy agitado que esté, debe ser una práctica tolerada por los clínicos.
Mientras tanto, de forma coordinada con el pensamiento del alumno, Carlson disertaba sobre las indicaciones de las sujeciones. Peter se mostró entusiasmado con las evidencias que estaba relatando su admirado profesor:
1. Las sujeciones sólo se deberían usar en caso de emergencia, cuando corre peligro la vida del paciente o de otros, y siempre que no exista otra alternativa₄.
2. No se recomiendan en la prevención de caídas y en la agitación₄.
3. Las sujeciones no deben ser un sustituto de la vigilancia₄.
4. Deberían ser usadas después de una decisión consensuada entre enfermeras y médicos₄.
5. Sólo deben usarse contando con el paciente si se puede, familia o personas cercanas₄.
6. Sólo deben usarse por un tiempo limitado,  debiendo vigilar la sujeción cada 30 o 60 minutos. Examinar al paciente cada 3 o 4 horas por si tiene alguna complicación como una Úlcera por Presión₄.
7. Las instituciones deberían tener por escrito su política frente a sujeciones incluyendo guías clínicas, tipos, órdenes, y exigencias de control₄.
Antonio Casanova, Monja y enferma, 1893


Peter chequeaba mentalmente los casos clínicos que había observado y sobre los que había trabajado: veinte casos con sujeciones. No encontraba ninguno de ellos, en los que estuviera justificado su uso. La mayoría estaban prescitas para evitar que se caigan, en un caso  se usaba por agitación, y en otro para controlar una conducta indeseable (vagabundeo). Pensaba: eran 20 personas encadenadas, privadas de libertad, sin ninguna indicación para ello; sufriendo un importante riesgo de complicaciones físicas y efectos indeseables Psicológicos que contradicen el paradigma de los cuidados de larga duración: “Mejorar la calidad de vida de los usuarios”.
Apareció una pequeña crisis profesional: Su director de Máster <El Profesor Carlson>, había puesto de manifiesto una contradicción entre las prácticas que se llevaban a cabo en el centro, las evidencias al respecto, y la propia dimensión ética de las contenciones. Realmente la conclusión a la que había llegado es que en muy contadas ocasiones están indicadas las sujeciones, que sólo deben utilizarse como una medida de emergencia ante la ausencia de alternativas, frente a un paciente en el que corra peligro su vida y/o la de los demás.
El esfuerzo por eliminar o disminuir sujeciones en Nursing Homes está asociado a regulaciones Gubernamentales, formación  de las Plantillas, y educación con consultoría con una enfermera clínica especialista en Gerontología₆. Espetaba el profesor para finalizar la charla.
Un cálido aplauso inundó la sala tras el agradecimiento de Carlson a la atención prestada por la audiencia. Peter se acercó sigilosamente, ante la mirada interrogante del viejo profesor. Peter se quedó mudo y no decía nada mientras el doctor le preguntaba. ¿Qué te ocurre Peter?; tienes mala cara:
- Profesor me ha preocupado su charla: He sentido la angustia, el dolor, la impotencia, la tristeza, la ira y el miedo, que sienten esos pacientes que tienen indicadas sujeciones. Me pregunto si nuestra labor no debe ir más orientada a provocar: alegría, esperanza, paz, felicidad, y ternura,  sentimientos y emociones que eclosionan frente a unos cuidados de calidad: Creo que las prácticas de este centro, no son las más adecuadas.

- Querido Peter; las actitudes no son fáciles de cambiar; hoy al menos me voy satisfecho de que se ha generado una corriente interna crítica en ti, que te ha hecho cuestionar las intervenciones  que has observado en tú entorno más cercano. Tú serás en un futuro un instrumento de sensibilización de compañeros y miembros de tú equipo para demostrar que una sujeción debe ser una práctica excepcional, en casos muy concretos, y por un tiempo mínimo determinado. No olvides, querido Peter, que un viaje de mil kilómetros empieza por un primer paso; y hoy tú has dado ese primer paso.

BIBLIOGRAFÍA
BestPractise  Volmen 6, nº3 2002, ilustrado con comentarios propios
₂ Age and aging 1997 26- 52, 43- 47. Comparisons of restraint use in nursing homes in eight countries.
₃ Nursing Journal of Advanced Nursing 45 (3), 246-251. Hamers J.PH. et al.  Use of Physical Restrain in cognitively impaired nursing homes residents.
₄ Review of the evidence. Cristopher Frank, MD, CCPP et al. Safety and Efficacy of physical restraints for the elderly.
₅ The gerontologist, vol 32,nº6 762-766.Stevens,H. Miles. Deaths caused by physical restraints
₆ Physical restraint use on people with dementia: a review of the literature. Wei-wei wang  RN.